No sirve ser religioso.

No sirve ser miembro activo en la iglesia.

No sirve tener título de obrero, pastor, obispo o de lo que sea.

No sirve ser diezmista y ofrendante fiel.

No sirve ser cumplidor de sus deberes.

No sirve alabar a Dios.

No sirve conocer bien la Biblia.

No sirve estar bien casado.

No sirve la educación superior, el posgrado, ser exitoso, rico y tener el mundo a sus pies.

Nada sirve, si no se nace del Espíritu de Dios.

Solo Él hace generar la naturaleza espiritual. Es decir, la naturaleza Divina.

Satanás es espíritu.

¿Cómo vencerlo, si no se es también espíritu?

¿Cómo vencer al espíritu malo, si no se es un espíritu bueno?

¿Cómo vencer a los espíritus de las tinieblas, si no se es espíritu de la luz?

Solamente los nacidos de Dios vencen al mundo y al infierno.

Por eso, en este Ayuno de Daniel estamos haciendo una verdadera limpieza espiritual. Un ayuno de toda y cualquier información secular: TV, internet, periódicos, revistas, radio, en fin, de todo lo que no sea de Dios.

Una abstinencia audiovisual de toda la basura de este mundo.

Durante el ayuno, el Espíritu del Señor descenderá sobre todos los participantes sinceros.