Se estima que la palabra selfie (que significa, básicamente, sacar una foto de sí mismo) ya era usada en otros países a principios del 2000. Pero, en el 2003, los investigadores de los diccionarios Oxford encontraron su origen. Se cree que todo comenzó en un foro australiano y lo que da la fundamento a esa tesis es que los lingüistas afirman que la inclusión del sufijo “ie” es algo típico de la lengua australiana – usado como diminutivo-, lo que reforzó la posibilidad de que haya sido allí donde la palabra cobró fuerza.

Desde entonces, ha sido ampliamente utilizada en todo el mundo, teniendo como única diferencia el acento al ser pronunciada. Los autorretratos también se pusieron de moda y, donde quiera que estén, las personas se acostumbraron a registrar el momento con selfies. Puede ser en una fiesta, en un paseo o incluso en momentos delicados, como en una cirugía. Sí, eso realmente sucedió y fue en la ciudad de Perugia, en Italia. El equipo médico sacó una selfie con el paciente (vea abajo) momentos antes de la cirugía, pero días después tuvo complicaciones y falleció. Los abogados de la familia del paciente demandaron al hospital y usaron la foto como recurso.

También se volvió común ver noticias en las que personas murieron al sacar una selfie. Un caso reciente fue el del artista plástico Pierre Freitas, que hacía un acantilado en la Serra do Carmo Faculty, en Palmas, capital de Tocantins. Al subir en un lugar alto para sacar la foto, se resbaló y se cayó de una altura de 70 metros.

En otras situaciones, las personas se preocupan más por sacar un buen retrato que por aprovechar el momento con los amigos y familiares.

El ser humano tiene la necesidad de eternizar momentos importantes, después de todo es un registro para la historia de la humanidad y personal de cada uno. Pero, en la era moderna, se convirtió en una exageración la necesidad de, a todo costo, exponer la vida y mostrarles a todos lo que tiene o lo que está haciendo.

Lo más importante

Debemos tener sabiduría y, sobre todo, guardar en nuestra mente lo más importante e imposible de registrar para que los otros vean: la relación con Dios. Búsquelo cada día y mantenga su Salvación, porque ella no necesita registros, recordará todo lo que hicimos y eso es lo que importa el día del Juicio Final:

 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de Mí, hacedores de maldad. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.” Mateo 7:22-24

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