Alguien me preguntó: “¿Cómo sé que amo a Dios si no siento nada por Él?” Una pregunta curiosa y Jesús ya la ha respondido: “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama” (Juan 14:21). El amor que Dios quiere de nosotros no es un sentimiento. Naturalmente, cuando alguien ama tiene buenos sentimientos. Pero sentimiento tras sentimiento, va y viene. El verdadero amor, según lo que enseña el Señor Jesús, es guardar la Palabra, es decir, la voluntad, el deseo de quienes amamos.

Y Jesús dijo más tarde: “El que me ama, mi palabra guardará, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestro hogar con él” (Juan 14:23).

Obedecer la Palabra es prueba de amor. Es escuchar los mandamientos del Señor y guardarlos. No se trata de guardarlo en el estante de casa. Es tener presente para que estas Palabras estén siempre al frente de nuestros pensamientos, dirigiendo nuestros comportamientos. Esto es amor verdadero.

Entonces, cuando una persona escucha y guarda las Palabras de Dios, naturalmente comenzará a sentir este amor, porque Dios le devolverá este amor. Dios habitará en aquellos que guardan Su Palabra y, naturalmente, también escuchará sus palabras, sus oraciones y sus peticiones. Por supuesto, Él no nos concederá todo, porque Él sabe lo que es mejor para nosotros cuando nosotros mismos, muchas veces, no sabemos pedir y pedimos lo que no será para nuestro bien.

Así que no te dejes engañar por esta idea de amor sentimiento. Muchas parejas se destruyen mutuamente, muchos padres e hijos tienen problemas en sus relaciones porque se guían por sentimientos y cosas malas, no cumpliendo la palabra y des cumpliendo la voluntad uno del otro, sofocan el sentimiento.

Los buenos sentimientos surgen después de hacer las cosas correctas. Así que no te dejes engañar por el sentimiento de amor falso, barato y pirateado que se vende por ahí. En lugar de eso, evalúa: ¿Dios está haciendo su hogar en ti? Si es así, es porque has oído y practicado Sus Palabras y lo amas.

Obispo Renato Cardoso