Para muchos, fin de año es un momento oportuno para redefinir elecciones, poner en práctica nuevas actitudes y fortalecer las relaciones. También es un momento para completar metas, fijarse objetivos y comenzar una etapa diferente del año pasado. Sin embargo, las fiestas, los viajes y la abundancia son sólo algunas de las distracciones utilizadas para ocultar la verdad paralela que vive la gran mayoría, como por ejemplo:
- pérdida de familiares y seres queridos;
- divorcio;
- miseria;
- enfermedades;
- sueños frustrados/inconclusos;
- soledad;
- tristeza;
- vacío interior;
- entre otros.
Y, ante esto, ni siquiera toda la “magia navideña” propagada es capaz de aliviar el peso que llevan quienes buscan enmascarar su realidad con el brillo y la alegría momentánea de la temporada.
La mentira que muchos creen:
La creencia en promesas vacías se reduce a la mentira de un nuevo comienzo milagroso defendido por la sociedad a través de la máxima “año nuevo, vida nueva”. Sin embargo, lo que pocos se dan cuenta es que cuando la euforia pasa, todo vuelve a su estado normal. Así, lo verdaderamente nuevo son las decepciones, que se renuevan año tras año, trayendo innumerables consecuencias a largo plazo.
Pero, si ha estado sufriendo por una falta de esperanza de cambio en su vida, sepa que todavía es posible creer y alcanzar la felicidad. ¡Descubramos cómo!
Que Dios dice al respecto:
Aunque muchos no creen que sea posible tener una nueva vida completa y feliz, sí se puede lograr. Tal logro no es obra del azar, de la suerte, y ni siquiera está asociado a los logros materiales que ofrece este mundo, está más allá. La Palabra de Dios revela una promesa verdadera hecha a quienes ponen sus fuerzas y confianza en Él, vea:
“He aquí, hago algo nuevo, que ahora saldrá a la luz; ¿No lo entiendes? (Isaías 43.19)
Es necesario tomar medidas:
Para apoderarse de una nueva vida y, en consecuencia, de la felicidad concedida por el Todopoderoso, a través de Su Espíritu, es necesario comprender el compromiso en la búsqueda de obtenerla, como lo explica el Obispo Macedo: “Para alcanzar la felicidad, primero necesitas tomar pose de la vida. Los muertos no tienen derecho a la felicidad. Mientras una persona esté espiritualmente muerta en sus crímenes y pecados, ¿cómo puede alcanzar la felicidad? Imposible. Primero, ella necesita ser resucitada. Y, para ello, debe buscar al Autor de la vida”.
Dios no hace acepción de personas, por lo tanto, sus promesas se extienden a todos los que creen, es decir, a los que se entregan sin reservas a Él. Y no te equivoques, la entrega de tu antigua vida a Dios no se limita a declaraciones vacías dichas de la boca para afuera, exige obediencia, renunciación y la práctica diaria de actitudes que demuestren la confianza en Él.
“Cree en el sentido de entregarte en cuerpo, alma y espíritu. De esta entrega incondicional la persona recibe la vida. Y entonces tendrás derecho a la felicidad con la que sueñas. Quien sea lo suficientemente humilde como para someterse y temerle, heredará riquezas, honor y vida”, concluye el obispo.
Finalmente:
Entiende que alcanzar la felicidad ahora depende exclusivamente de usted, sólo hace falta una decisión. Busque el Único Espíritu que sostiene la paz, la vida y el gozo verdaderos y eternos. ¡Termina este año con la decisión de rendirte al Todopoderoso y comienza el 2025 viendo cómo todo se vuelve verdaderamente nuevo en tu vida!
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