Vivimos en un mundo donde la mentira ya reina por medio de los hijos de la desobediencia. El mal prevalece por mucho tiempo siendo el padre de los hijos de la desobediencia y de la mentira. Dios abomina la mentira y, por eso, no soporta la presencia de los mentirosos. El enemigo de Dios es descrito en la Biblia como el padre de la mentira.
Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira. Juan 8:44
¿Cómo podemos sujetarnos al mal, conociendo ya la verdad?
¿Cómo podemos servir a Dios y decir mentiras?
No podemos servir a dos señores:
Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro… Mateo 6:24
Como hijos de Dios, tenemos la obligación de andar en la verdad, en la obediencia a la Palabra de Dios. No podemos contribuir con el reino del mal, siguiendo los mismos pasos de los hijos de la desobediencia.
Dios nos da el Espíritu Santo para que vivamos en comunión con Él, no con este mundo.
Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Efesios 4:25
Con el descenso del Espíritu Santo, todo cambia, ¡todo se hace nuevo en nosotros!
Así, dejamos de ser hijos de la desobediencia para ser hijos de la obediencia, hijos de la luz. Pues nos convertimos en miembros de un mismo cuerpo.
Los labios mentirosos son abominación al Señor, pero los que obran fielmente son Su deleite. Proverbios 12:22
¡Dios los bendiga!
Manténgase conectado