Poder para tener es fácil. Lo difícil es poder para ser.

Tratándose, en especial, de ser alguien de Dios, es extremadamente difícil. Yo diría casi imposible.
Cuando el Espíritu de sabiduría estuvo con Salomón, él dijo:

Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad. Proverbios 16:32

Jesús prometió poder de lo Alto para que Sus seguidores fueran testimonios de Su resurrección. Hechos 1:8

No solo testimonios de conquistas materiales, sino testimonios que reflejasen Su imagen pura, sincera y sublime en el carácter y en el comportamiento.

El derramamiento del Espíritu Santo tiene ese objetivo principal: poder de lo Alto para ser de Dios.