Cuando conocemos la Fe, ¡aprendemos a usarla para conquistas y transformaciones! Es maravilloso probar de su poder, cuanto más resultados alcanzados, más placentero se torna el ejercicio de la Fe. No hay ningún pecado en eso, ¡al contrario!
Sin embargo, ¿la Fe estaría limitada solo a conquistas materiales?
Vamos a observar la parábola del hombre rico:
También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré? Porque no tengo dónde guardar mis frutos.
Lucas 12:16-17
Al sembrar, hubo una actitud de Fe y los resultados vinieron: una abundante cosecha, al punto de que no había lugar para guardar los frutos.
Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes… Lucas 12:18
Ese hombre rico notó la necesidad de sacrificar, por eso derribó el antiguo granero y edificó nuevos y mayores para almacenar la cosecha.
¡Fe y sacrificio resultaron en conquista!
¡La Fe conquistadora!
Ahora vamos a observar las palabras de ese mismo hombre:
… y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Lucas 12:19
Después de la conquista de los bienes y novedades, ese hombre pensó en su alma, pero para ella no hubo el mismo sacrificio empeñado en las conquistas, él optó por descansar…
¡No hubo Fe Salvadora!
Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios. Lucas 12:20-21
Es la realidad que vemos todos los días, dos tipos de fe:
-Fe Conquistadora
-Fe Salvadora
Ambas exigen sacrificio, pero pocas personas tienen disposición para empeñar su fuerza en el Eterno.
¡Si solo en esta vida hemos tenido esperanza en Cristo, somos los más miserables de todos los hombres! 1 Corintios 15:19
Si usamos apenas la Fe Conquistadora, podemos incluso prosperar a perder de vista, ¡pero sin la Fe Salvadora continuaremos miserables!
Es necesario usar la Fe para nuestra Salvación, ¡solamente así estaremos preparados para El Día en el que nuestra alma estará en el Gozo Eterno!