1º Día del Ayuno de Daniel
«Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y Estos Tres Son Uno.» 1 Juan 5:7
Donde está el Espíritu Santo, allí hay unidad en el espíritu.
Todos tienen una sola FE, Un solo Espíritu, Un solo pensamiento, Un solo objetivo, Un solo corazón, en fin, TODOS SON UN SOLO CUERPO.
Este Un Solo Cuerpo puro y santo es la tan soñada Novia del Señor Jesucristo.
Es Su Santa IGLESIA INMACULADA.
LA CABEZA DE ESTE CUERPO INMACULADO ES EL SEÑOR JESUCRISTO.
Esa era la concepción de la Iglesia Primitiva.
En la Iglesia Primitiva, todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas. Hechos 2:44
En esa unidad de ideales de la fe, el Espíritu Santo tenía libertad de actuar en todos Sus siervos. Todos vivían en perfecta paz y unidad.
Sin embargo, cuando hay ausencia del Espíritu de Dios, hay falta de paz, de fe, y, sobre todo, de armonía con los de la Familia de la Fe.
Los nacidos de Dios tienen El Mismo Espíritu. A causa de eso, TODOS, SIN EXCEPCIÓN, TIENEN EL MISMO OBJETIVO: HACER LA VOLUNTAD DEL ESPÍRITU DE DIOS.
Pero cuando alguien no es nacido del Espíritu Santo, es egoísta, carnal y, lo peor, elemento divisor.
En la oración sacerdotal, el Señor Jesús enfatiza la UNIDAD cuando dice:
«Padre Santo, a los que Me has dado, guárdalos en Tu Nombre, PARA QUE SEAN UNO, ASÍ COMO NOSOTROS.» Juan 17:11
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