El mayor grupo étnico de Guinea-Bissau, país de África Occidental, los balastos, forman un vínculo familiar fuerte entre sí y con la vecindad. De acuerdo con sus costumbres, todas sus decisiones importantes deben ser tomadas por medio de un consejo de sabios. Además, en su cultura, Dios existe, pero está muy lejos.
Sin embargo, el 24 de septiembre pasado, Día de la Independencia de Guinea-Bissau, 14 jóvenes de la etnia balta de nhacra, que viven a la orilla izquierda del río Mansoa, participaron -por primera vez- de una reunión de Universal, pastor Sumalia Queita, a las 9h30 (hora local), en la sede principal del país, en Bissau, en la capital.
En la ocasión, se vistieron con ropas de su etnia fuera de su lugar de origen. Durante el encuentro, que fue conducido por el obispo Mauro Souza, responsable de Universal en el país, todos demostraron satisfacción y, a diferencia de lo que pensaban, percibieron que es posible, sí, acercarse a Dios.
Bautismo en las Aguas
Durante la reunión, el obispo habló sobre el significado del bautismo en las aguas. «De la misma forma que el sepultamiento es una ceremonia que consuma el rompimiento del último lazo entre el hombre y su vida terrena, por medio del bautismo en las aguas hay un rompimiento, públicamente consumado, de la vida natural de la persona para pasar a vivir la verdadera vida cristiana «, explicó.
En el día, el obispo subrayó que el cambio en la vida de una persona ocurre cuando, antes de bautizarse en las aguas, ella se arrepiente de sus pecados. «Cuando es bautizada sin haberse arrepentido, el bautismo no efectúa el milagro de la novedad de vida», agregó.
A pesar de reservados, los jóvenes balas se dispusieron a conocer la Palabra y entregarse a Dios, a ejemplo de otros tres integrantes del grupo, que hoy son obreros de Universal en Guinea-Bissau.
Uno de ellos, el joven Quintino Uno (al centro de la foto arriba), de 19 años, cuenta que su experiencia con la Palabra de Dios fue extraordinaria, pues fue esa Palabra que le dio esperanza que todo se volvería nuevo si obedecía. «Quiero convertirme en instrumento en las manos del Señor y servirle donde quiera que quiera. De esa forma, llevar la misma transformación que Dios hizo en mi vida y en mi interior a otras personas sufridas «, completa él.