La llegada del 2025 reaviva el ánimo de fijarse metas y soñar con un cambio de rutina. Aprende a mantener la perseverancia y no abandonar tus objetivos durante el año.
Cepillarse los dientes, vestirse, peinarse, beber agua, tender la cama, ver una serie o telenovela, comer, consultar las redes sociales y hacer una lista de metas cuando un nuevo año está comenzando. ¿Cuántas de estas actividades forman parte de tu rutina, a veces incluso de forma inconsciente, como si estuvieras en piloto automático? Un estudio de la Universidad de Duke en Estados Unidos revela que el 40% de nuestras acciones diarias son, en realidad, hábitos.
¿Y qué son los hábitos? “Son comportamientos que creamos a partir de repeticiones en el día a día, convirtiéndose en comportamientos automáticos. Se desarrollan mediante el aprendizaje y la repetición. Los hábitos son muy cómodos para nuestro cerebro, porque responder a los estímulos de la vida y tener comportamientos automáticos ahorra energía cerebral y emocional”, explica la psicóloga cognitivo-conductual Rejane Sbrissa.
¿Esto es bueno o malo?
Hay acciones automáticas que son buenas, nos facilitan el día a día y nos garantizan una vida sana, pero hay otras que son malas, estorban e incluso parecen drenar nuestra energía. Rejane destaca que es necesario evaluar los hábitos en todos los aspectos (familiar, amoroso, profesional y social), ya que tenemos hábitos diferentes en cada ámbito de la vida. Por eso, hacer un autoanálisis es importante, al fin y al cabo, todo el mundo tiene metas que han estado pospuestas durante años y que podrían convertirse en sueños hechos realidad si no fuera por los malos hábitos.
“El mayor villano somos nosotros mismos, nuestra falta de autoconocimiento y conciencia para saber qué es lo que realmente queremos y cómo estamos actuando para llegar allí. El autoboicot, el miedo al cambio, la ansiedad y la inseguridad también son enemigos. La solución es afrontar nuestros miedos y ser perseverantes, sin prisas ni pausas”, destaca Rejane.
Y este momento está maduro para ello. Al fin y al cabo, en el nuevo año puedes mantener tus hábitos y hacer todo igual que siempre o puedes crear nuevos hábitos y tener un año diferente. Es común aprovechar este período para pensar en lo bueno y lo malo de los últimos 365 días, enumerar metas para los próximos meses y permitirse soñar que el Año Nuevo simbolizará también un punto de inflexión en la vida. Pero hacer que esto se haga realidad requiere disciplina, compromiso, algunas estrategias, intención y compromiso y, para ello, puedes aprovechar los consejos que hemos separado anteriormente.
¿Cuánto tiempo se tarda?
Existe la teoría de que se necesitan 21 días para adoptar un nuevo hábito, pero un estudio del University College de Londres evaluó a un grupo que adoptaba nuevos hábitos y arrojó otro número. Realizando la misma tarea diariamente, hubo quienes adoptaron un nuevo hábito en tan solo 18 días, pero otras personas solo tendrían un hábito establecido en 254 días. ¡Esta información, sin embargo, no debería desanimarte! El tiempo medio para que se forme un nuevo hábito es de 66 días. Si lleva más tiempo, continúe hasta consolidarlo.
Enfoque
Los nuevos hábitos no se adoptan de la noche a la mañana. “El cambio requiere repetición y atención a uno mismo, a sus comportamientos y sentimientos. No abandones todo el proceso por una recaída en un hábito anterior o por un error. Persevera y continúa tu viaje hacia tu objetivo. No esperes a que el cambio llegue y se instale de forma natural, ya que eres tú quien promueve tu cambio. La resistencia natural al cambio existe y te «tentará». Sabiendo esto, continúa adelante por tu propia voluntad. Puedes hacer mucho más de lo que imaginas”, concluye.
Ponlo en practica
- Establece el paso a paso que seguirás para construir tu nuevo hábito. Si el objetivo es cambiar tu alimentación, por ejemplo, puedes agendar una cita con un nutricionista y preparar algunos menús. Si quieres practicar alguna actividad física, ahora puedes determinar qué harás, estipulando frecuencia, lugar, hora y si tendrás compañía o lo asociarás a otro hábito existente, como hacer ejercicio escuchando música.
- Intenta crear conciencia sobre los hábitos que tienes que son contrarios a tu nuevo objetivo, como los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo. Luego, observa los detonantes que te llevan a ellos, como el hábito de comer “comida chatarra” por ansiedad, estrés o cansancio. De esta manera, estarás alerta a sentimientos y emociones que pueden llevarte a ignorar el nuevo objetivo.
- Finalmente, ¡solo necesitarás practicar tu nuevo hábito! No dejes que la procrastinación se apodere de ti y comienza, un día a la vez, a sacar tu objetivo del papel y convertirlo en una realidad en tu vida.
FUENTE: Rejane Sbrissa, psicóloga cognitivo-conductual