Como todo padre, Dios quiere lo mejor para sus hijos. Y los que llegan a ser sus hijos se complacen en su voluntad, y, de la misma manera, el Altísimo se complace en los que lo santifican. Sin embargo, aunque tal placer se ofrece a todos, sólo aquellos que tienen una fe inteligente tienen prisa por cumplir su voluntad, presentarse en obediencia ante el Señor y, en consecuencia, disfrutar de lo mejor de él.

Qué necesita saber:

Ser obediente a Dios significa someterse a Sus instrucciones, incluso si eso significa negar los deseos y sentimientos que nuestro corazón insiste en llevar, incluido el rencor. Vea, por ejemplo, lo que dice el Señor Jesús al respecto:

“Por tanto, si traes tu ofrenda al Altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del Altar, y ve y reconcíliate primero con tu hermano, y luego ven y presenta tu ofrenda. Haz pronto las paces con tu adversario mientras estás en el camino con él, no sea que tu adversario te entregue en manos del juez, y el juez te entregue en manos del oficial, y serás echado en la cárcel. (Mateo 5.23-25)

En otras palabras, la ofrenda de vida ofrecida en el Altar, si va acompañada de resentimiento en nuestro corazón, no tiene valor a los ojos del Altísimo.

Entienda:

Muchas personas están dotadas de una fe que, aparentemente, agrada a Dios, sin embargo, internamente viven atrapadas por dolores, decepciones y malos sentimientos contra el prójimo. Y, en consecuencia, ni siquiera sus buenas obras y ofrendas consiguen que tengan éxito.

Quienes llevan en sí una fe inteligente, pura y práctica, tienen prisa por cumplir la buena, perfecta y agradable voluntad de su Señor, que aconseja: “Sé pronto a reconciliarte con tu adversario” (Mateo 5,25). 

El perdón es la única manera de liberarnos de la prisión espiritual, y sólo aquellos que sean lo suficientemente humildes como para pagar el precio de la obediencia a la Palabra de Dios alcanzarán Su tesoro eterno, que es la Salvación.

“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”; (Mateo 5.8)

Que hacer:

¡Lo que tengas que hacer, hazlo rápido! Por eso, presenta ahora una oración sincera a Dios, libera el perdón y ¡sé libre!

Participe también, el 28 de enero, en la reunión de la Piedra Sobre el  Pasado y libérate de los acontecimientos negativos que te alejaron o te han distanciado de Dios. ¡Esté presente en la Catedral de la Fe, ubicada en Av. 18 de Julio 2025 o busque la Universal más cercana a usted.

Mire la meditación sobre el tema a continuación: 

Invierta en una fe inteligente: 

Acompañe la Meditación Matutina con  el Obispo Edir Macedo diariamente, en  Instagram  o a través de su canal oficial  de YouTube.