¿Por qué es importante orar? ¿Cuál es el efecto de la oración en la vida de quienes recurren a su práctica? El comienzo del camino de fe de cualquier persona está marcado por el aprendizaje de un tema fundamental: la oración es el canal de comunicación entre el hombre y Dios.
Orar es mucho más que pronunciar palabras o pensamientos vacíos. La oración es un recurso disponible para quienes reconocen que necesitan ayuda porque no tienen todos los medios para superar sus desafíos. Precisamente porque admiten sus limitaciones se entregan a la oración.
Al estar dispuesta a decir una oración sincera y honesta, una persona abre su corazón a Dios. Al tomar esta actitud, ella se da cuenta de sus propias necesidades y de cuán dependiente es de Él, se vuelve más fuerte y encuentra paz dentro de sí misma. Además, se da cuenta de que no está abandonada.
Entre los miles de millones de seres humanos que viven en este planeta, Dios siempre escucha las oraciones de quienes se acercan a Él con sinceridad, ya que, en este caso, la oración es la expresión más pura del alma, el puente que forma la conexión entre el espíritu humano y el espíritu de Dios.
Un día para celebrar
La magnitud de la comunicación que Dios brindó al ser humano conmovió a un grupo de mujeres cristianas en el siglo XIX que vivían en Canadá y Estados Unidos. Se unieron para ampliar la obra misional para defender a las mujeres y los niños. El movimiento ganó muchos seguidores allá donde fue y identificaron que el acto de orar no debe ser algo superficial, como palabras en el viento. A partir de entonces se inició la celebración de la Jornada Mundial de Oración, que se produce desde 1861 en más de 170 países y se celebra el primer viernes de marzo.
La oración es un recurso importante y mueve a personas de todo el mundo. Esta lección fue compartida por el Señor Jesús quien, a lo largo de su camino, siempre se retiró a orar, sabiendo la necesidad, como hombre, de mantener la comunión con Dios y prepararse para superar sus luchas.
Cómo orar
Si el Señor Jesús, que es el propio Dios, necesitaba orar, imagínese al ser humano. Pero, ¿qué podemos aprender cada uno de nosotros de la oración? El Obispo Renato Cardoso explica que la mayoría de las personas no saben orar como deben, no conocen su poder y, por eso, muchas veces ponen excusas para no orar.
“Jesús estaba seguro de que el Padre sabía lo que necesitaba, pero oró de todos modos, porque era un acto de humildad de su parte. Los orgullosos también oran, pero lo hacen para mostrar lo orgullosos que son, oran por sí mismos. Pero la verdadera oración la hacen los humildes”, dice el Obispo.
El Obispo compara la oración con los hábitos cotidianos, como beber, comer, dormir y despertarse, reforzando que también debe formar parte de nuestra rutina. “Comenzar a practicar más la oración nos permite tener más resultados en nuestra vida, más caminos abiertos, puertas abiertas, victorias sobre los problemas, tranquilidad en medio de las tribulaciones y paz en las guerras. La oración te dará un acceso al cielo que aún no tienes”, concluye.
Por lo tanto, no ponga obstáculos en el camino de hablar con Dios y recibir ayuda de Él. Desarrolla tu fe directamente con el Autor de la vida. Orar es sencillo y no requiere ningún trámite. Mantén una conversación sencilla con Él, como si hablaras con tu mejor amigo, y cuéntale lo que sientes y piensas. De esta manera, lograrás la paz y la transformación interior que tanto necesitas. La oración en el contexto de la ciencia.
Para comprender la importancia de la oración en la vida de las personas, se realizó un estudio en el Instituto de Investigación Clínica de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, Estados Unidos, con un grupo de 150 pacientes con problemas cardíacos, divididos en cuatro grupos. Cada uno, en su momento, recibió un tipo de terapia diferente y en uno de ellos la oración fue un recurso.
Según Mitchell Krucoff, cardiólogo de la universidad y codirector del proyecto, quienes se sometieron a un tratamiento médico mediante la oración tuvieron una mejora de alrededor del 50% en su salud. Debido al resultado, la universidad amplió los estudios sobre el efecto de la oración en la salud de las personas.
El estudio también identificó otros efectos de la oración sobre la salud, como el hecho de que proporcionó resultados prometedores en estudios preliminares con pacientes con VIH y parejas infértiles.