«Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante». 1 Corintios 15:45

Comprensión:

El primer Adán, alma viviente, se refiere al ser rehén de la naturaleza carnal y pecaminosa.

El postrer Adán, Jesucristo, se refiere a la Persona generada por el Espíritu Santo. Es decir, el Ser Divino que, a pesar de ser Hombre, no Se sujetó a la naturaleza carnal y pecaminosa. Al contrario, Se mantuvo sujeto a la Voz del Espíritu y nunca la desobedeció.

Se concluye que, mientras la naturaleza del mencionado cristiano no se transforma en naturaleza espiritual, significa que jamás nació del Espíritu.

Solamente quien es nacido del Espíritu Santo es espíritu. Es decir, es Divino por haber alcanzado Su naturaleza.