«Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el Señor tu Dios, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos Sus caminos, que Le ames y que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y que guardes los mandamientos del Señor y sus estatutos que yo te ordeno hoy para tu bien? Deuteronomio 10: 12
El no requiere de las personas capacidad, títulos, inteligencia. Sino que lo que busca es que primeramente, la persona lo tema, que ande en sus caminos, que lo ame, lo sirva y guarde sus mandamientos que Él ordena, es decir no es una sugerencia, sino una orden.
¿Queres estár bien, tener la salvación de tu alma y servirlo?, para eso es necesario obedecerlo.
Amar a Dios va mucho más allá que solo asistir a la iglesia, amar a Dios además de sacrificar, es luchar por las otras personas. Dicen que aman, pero no obedecen, eso, no es amor.
Dios no pide más que lo esencial, Él no exige perfección humana, sino una entrega sincera y obediencia total. Este, es el mapa espiritual para quien desea vivir bajo su protección y bendición, aún en medio a tiempos difíciles.Temer al Señor: No es tenerle miedo, sino reverencia, confianza, es reconocer que Él es Santo, Justo, Soberano y Eterno. Es tener conciencia de Su Presencia, respetando Su voluntad.
“El temor del Señor es el principio de la sabiduría;…” Proverbios 1:7
Andar en Sus caminos:
El Señor Jesús dijo; “Yo Soy el Camino”
Andar en los caminos de Dios es seguir el ejemplo de Jesucristo. Amar al prójimo, creer en Él y en uno mismo, perdonar, resistir la tentación y vivir en santidad.
La vida con Dios no es complicada, el ser humano es quien no se posiciona. Si la persona deja de hacer su voluntad, para hacer la de Dios y andar en los caminos que Él dirige, el Espíritu Santo no tardará en venir.
Todo parte de una decisión de tener vida con Dios, de hacer un intercambio, la mentira por la verdad, lo injusto por lo justo, la propia voluntad por la Voluntad de Dios.
Siga el Ejemplo de Jesús, de humildad, obediencia, de siervo. Él se humillo, se despojó y obedeció, seguir a Jesús es hacer exactamente lo mismo.
Amar al Señor con todo el corazón Cuando la Biblia dice “todo”, se refiere a que no es suficiente amarlo por partes. Sin condiciones, es entregarse sin reservas ni distracciones, sin fantasías ni emociones. Es ponerlo en primer lugar por encima de todo y todos.
El verdadero amor, no se dice, se muestra con actitudes, obediencia, confianza, fidelidad, siendo grato. La persona que le ama no murmura, no se encuentra apegada a cosas y personas. Su foco está en servir y honrar a Dios. Su preocupación está en actuar como Dios quiere que actúe.
A David le fue restituido el gozo de la salvación porque decidió Amar a Dios sobre todo. Cuando las consecuencias de sus errores aparecieron, el no se quedó culpando a Dios, ni reclamando.
Si el ser humano sufre, no es por culpa de terceros y si por sus propias decisiones.
Amar a Dios va mucho más allá de venir un domingo a la iglesia, quien ama busca darse. No solo sacrifica su voluntad, sino que vela por el alma de los demás.
El mundo cuando se trata de ayudar al otro se aleja, pero quien ama a Dios, mira a los demás con los mismos ojos que Él. Quien ama, permanece siendo grato, aún delante de los problemas y dificultades que enfrenta.
















