Y, habiendo abierto el cuarto sello, oí la voz del cuarto animal, que decía: Ven, y ve.
Y miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el infierno lo seguía; y se les dio poder para matar la cuarta parte de la tierra, con espada, y con hambre, y con peste, y con las fieras de la tierra
Apocalipsis 6.7: 8
La descripción de Juan sobre la apertura del cuarto sello del Apocalipsis es desesperante. Allí está claro que el fin de los tiempos será doloroso y aterrador. Según el obispo Edir Macedo escribió en el libro Estudio del Apocalipsis, fue en ese momento que «la muerte y el infierno recibieron autoridad para matar por medio de cuatro flagelos:
1) Por la espada – significa guerra mundial.
2) Por el hambre – aquellos que sobreviven a la guerra pasar por la desesperación de la falta de comida. La escasez de alimentos llevará a las personas al sacrificio de sus hijos.
3) Por la mortandad – con la falta de alimentos, las enfermedades y las enfermedades aumentarán, generando la muerte.
4) Por las fieras de la Tierra – aquellos que sobrepasen la guerra, el hambre y las pestes mortales tendrán que enfrentarse a las fieras de la Tierra, que, digan de paso, estarán tan desesperadamente hambrientas como la propia humanidad.
Normalmente, el hombre se imagina que ese tiempo está lejos de suceder. Al final, no forma parte del cotidiano del ciudadano común ver esos flagelos. Sin embargo, las señales que la profecía se acerca son cada vez más frecuentes y llegan a los ojos de todos por medio de los medios y, por eso, no hay más la excusa de la ignorancia, pues todos somos informados día tras día sobre el principio de los dolores que son nada menos que el comienzo de las profecías apocalípticas se concreta, aunque los efectos de tales acontecimientos parezcan distantes en el espacio y en el tiempo. No están.
El último día 5, por ejemplo, el fotógrafo Paul Niklen, integrante del grupo de conservación ambiental Sea Legacy, publicó un vídeo en su cuenta en Instagram con la imagen que abre ese texto.
De acuerdo con el relato de Niklen, ese es un oso polar joven que estaba muriendo de hambre. En su hábitat natural él debería encontrar suficientes alimentos para permanecer sanos, pero en aquel momento, volvía a la basura dejada por pescadores para alimentarse. Tan débil que estaba, apenas podía sostener de pie y, por eso, Niklen cree que el oso murió pocas horas después de que la película se hizo.
«Esa es la apariencia de la situación de hambre», escribió Niklen. «Los músculos se atrofian. No hay energía. Es una muerte lenta y dolorosa. Cuando los científicos dicen que los osos polares quedarán extinguidos en 100 años, me imagino en la población global de 25 mil osos polares muriendo de esa manera.
Cuando miramos la situación triste de ese oso y de tantas personas que aún mueren de hambre hoy en día, podemos tener una idea de los daños que el caballo amarillo va a causar, después de la apertura del cuarto sello. De acuerdo con el obispo Edir Macedo, las fieras de la Tierra «estarán tan desesperadamente hambrientas como la propia humanidad». No sería sorprendente que un animal hambriento, encontrando una aldea habitada, atacara al hombre para alimentarse, luchando por su supervivencia. Los animales, en sí, no tendrán culpa, pues es su instinto de supervivencia actuando. Sin embargo, serán instrumentos del ser apocalíptico montado en el caballo amarillo, la Muerte, único de los cuatro caballeros a ser claramente identificado en las Escrituras, único a ser tratada por el nombre.
Alguien puede conmoverse con la imagen de un animal que normalmente sería robusto, fuerte, imponente, acostumbrado a cazar su alimento con destreza e inteligencia, rebajarse a un ser delgado y débil que vuelva a la basura. Pero las mismas personas se entristecer aún más si percibieran en aquel bicho lamentable el recado que las Escrituras dieron con bastante antelación. El fin de los tiempos ya anunció su «principio de los dolores», palabras del mismo Señor Jesús que comparan el destino de los seres humanos a una mujer que comienza a percibir los signos de que entrará en trabajo de parto.
Pero estos primeros dolores no son el fin en sí, como la Biblia Sagrada con las Notas de Fe del Obispo Edir Macedo confirma: «Los principios de los dolores son los acontecimientos que preceden a la segunda venida del Señor Jesús. El término traducido como «dolores del parto» es odinón y se refiere al extremo sufrimiento por el cual la gente pasará «.
La certeza de que el fin de los tiempos se acerca es cada vez mayor. Si usted desea estar listo para cuando esto suceda, participe en el Estudio del Apocalipsis, que ocurre todos los domingos, en el Templo de Salomón, a las 18h. O asista a esas reuniones en el Univer Vídeo.
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