Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y Me seréis Testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. Hechos 1:8
El Señor Jesús no nos ha dado el Espíritu Santo para que nos sirvamos de Él. Claro que el hecho de Su presencia hace fluir naturalmente una vida de calidad, sin ninguna necesidad de desvío de conducta o de carácter. Pero el bautismo con el Espíritu Santo tiene como objetivo principal dar condiciones de servirlo como Testigo fiel de la resurrección de Jesús.
¿Cómo ser testigo de la resurrección de Alguien que murió hace 2000 años?
En la ley de los hombres, la persona solo puede testificar en contra o a favor de alguien si estuvo presente en el momento del crimen. Además, necesita haber visto u oído lo ocurrido.
¿Cómo haber visto la muerte y resurrección de Jesús hace 2000 años? Imposible.
Cuando el Señor Jesucristo nos bautiza con el Espíritu Santo, Él habla y nosotros oímos Su Voz clara y transparente hablando en lo más profundo de nuestro ser, al punto de hacer “arder el alma”.
A partir de entonces, por la acción del Espíritu de Jesús, hace surgir en nosotros la imagen Divina y rebosar Palabras que verdaderamente confirman la resurrección de Jesús.
Por lo tanto, el bautismo o el sello del Espíritu de Dios determina que la Imagen y la Palabra de Dios sean reflejadas en nosotros.
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