¿Quiere verme revolear los ojos? Solo hágame esa pregunta. Yo le pregunto a usted que es madre, ¿por qué permite que su hijo ande con malas amistades y aprenda lo que no corresponde, o que su hija se involucre con ese muchacho que no quiere nada con nada?
Su hijo ahora se convirtió en un adicto y vive por ahí en los callejones, tirado, sin ninguna perspectiva de futuro. ¿Qué está haciendo usted como madre respecto a eso? ¿Tiene sentido argumentar que si usted existiese realmente no permitiría que él llegara adonde llegó? ¿Y su hija que quedó embarazada siendo demasiado joven y le dejó al bebé para que usted lo críe? ¿Y si esa bebé crece rebelde por no haber tenido una madre ni un padre presentes y sigue el camino rebelde de la madre? ¿Qué va a hacer usted al respecto?Colaboró: Cristiane Cardoso
Yo quedo pasmada al ver cómo las personas usan siempre esos mismos argumentos diabólicos para defender su falta de fe. Es como si Dios tuviese la culpa de todo lo que todo el mundo hace en este mundo.
Aquella bebé que creció sin padre ni madre era inocente, pero eso no significa que no vaya a pagar por los errores de sus padres, a no ser que crezca y decida no vivir más el ciclo de injusticia que ellos comenzaron. Pero como eso es raro, el ciclo normalmente continúa, y ella culpa a Dios por eso. Culpa a Dios por haberse casado mal, mientras que la que escogió al marido fue ella. Culpa a Dios por haber perdido el empleo, siendo que la que decidió confiar en el patrón fue ella. Culpa a Dios por los desastres naturales, mientras que estos, como su nombre lo indica, son NATURALES… ¿o usted piensa que la naturaleza está feliz con el ser humano?
El ser humano prueba bombas nucleares en los océanos, se mete con la estructura de la Tierra, ¿y culpa a Dios por los terremotos y tsunamis que ocurren por ahí? Ah, ¡por el amor de la madrugada!
Lo que usted siembre, usted va a cosechar. Si sus padres sembraron injusticia, usted va a cosechar injusticia por causa de ellos, hasta descubrir que usted no necesita vivir bajo la misma maldición que ellos vivían. Entonces sí, usted puede decidir cambiar de rumbo, salir del ciclo de ellos y comenzar uno nuevo para usted. El ciclo de la bendición.
Dios dijo:
He aquí, hoy pongo delante de vosotros una bendición y una maldición. Deuteronomio 11:26
Es decir, usted escoge.
¿Quiere ser bendecido o maldecido?
¿Va a obedecer o a desobedecer?
Si su hijo le hubiese dado oídos y hubiese dejado aquellas malas amistades, no se habría involucrado en las drogas, pero él quiso desobedecerle y, por lo tanto, hoy cosecha los frutos de la desobediencia de él. Y usted, madre, sufre de lejos, sin poder hacer mucho, a no ser orar o ayunar por él. ¿No es eso lo que sucede con Dios al respecto de Su mayor y mejor creación? Dios sufre a causa de toda esa injusticia que vemos a nuestro alrededor, pero Él, como Padre, tampoco puede imponer Su voluntad sobre nosotros… Él respeta.
¿Quiere que Él interfiera? Entonces, ¡decida oír lo que Él dice!
Allá en Deuteronomio 28, Él habla mucho de eso, ¡vale la pena leerlo!
En la fe.
Colaboró: Cristiane Cardoso
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