¿Quién fue Eliseo?

Eliseo era auxiliar del profeta Elías. Fue escogido por Dios para ayudarlo, mientras el Señor hablaba con Elías en el Monte Horeb. (1 Reyes 19:16)

Cuando Elías encontró a Eliseo, no necesitó decir ni prometer nada, simplemente lanzó el manto sobre él. (1 Reyes 19:19)

Eliseo solo pidió despedirse de sus padres, pues sabía que, a partir de entonces, tendría una vida de sacrificio, porque aquel que escoge servir al Señor tiene que ser consciente de que está escogiendo vivir una vida de renuncias y sacrificios.

El sacrificio de Eliseo ya comenzó allí, dejando a su familia y a las yuntas de bueyes que tenía. (1 Reyes 19:20-21)

Para Eliseo no había tiempo malo, aunque Elías dijese: “Quédate aquí, no es necesario que me acompañes…”, él no se apartaba, pues para Eliseo no era un peso estar sirviendo, sino un placer. Él quería aprender de su señor. La prueba de eso fue cuando Elías le preguntó: “Pide lo que quieras que yo haga por ti”, y Eliseo pidió una doble porción del espíritu de Elías. (2 Reyes 2:9-15)

Y por ser fiel, Eliseo fue bendecido, convirtiéndose en referencia de siervo fiel.

¿Quién fue Giezi?

La Biblia no menciona el inicio de Giezi como auxiliar de Eliseo, pero muestra varias situaciones que revelan quién era Giezi y lo que había en su interior.

La primera de ellas sucedió con la mujer sunamita, cuando ella fue en busca del profeta para pedirle ayuda, pues su hijo había muerto. Eliseo le dijo a Giezi que fuera hasta donde estaba el niño y lo tocara con su cayado en el rostro, él incluso hizo lo que le había sido pedido, pero no sucedió nada. (2 Reyes 4:29-31)

En otro momento, Eliseo había recibido veinte panes y algunas espigas verdes para alimentar a cien hombres, y le pidió a Giezi que los distribuyera entre el pueblo. Sin embargo, él cuestionó, alegando que era muy poco para esa cantidad de personas. Pero Eliseo dijo: “Dáselo a la gente para que coma, porque el Señor ha dicho que comerán y habrá de sobra.” Y así sucedió. (2 Reyes 4:42-44)

Otra situación ocurrió en la cura de Naamán. Tras ser libre de la lepra, él quería agradecerle al profeta, dándole regalos, sin embargo, Eliseo se rehusó. Pero cuando Naamán se alejó del lugar, Giezi corrió a su encuentro y mintió, diciendo que Eliseo había pedido una ayuda para dos jóvenes. (2 Reyes 5:21-23)

¿Acaso él estaba queriendo engañar a Naamán, refiriéndose a sí mismo y al profeta?
Hoy en día, muchos hacen lo mismo. ¡Eso no deja de ser mentira!

¡Pero todavía no terminó! Cuando volvió, Eliseo encontró a Giezi y le preguntó de dónde venía y él mintió diciendo que no había ido a ninguna parte. Así, sin que Giezi dijera nada más, Eliseo reveló que sabía todo y determinó que la lepra que había estado en Naamán fuese lanzada sobre Giezi y toda su descendencia. (2 Reyes 5:15-27)

Ante esos dos ejemplos, tenemos que evaluarnos y verificar qué tipo de siervos hemos sido. ¿Como Eliseo o como Giezi?

Nuestra vida es el resultado de nuestras elecciones, Eliseo hizo la de él, Elías hizo la de él. ¿Qué tipo de ofrenda va a presentar usted, la de Elías o la de Giezi, siervo de Eliseo?