La Palabra de Dios, en Santiago 3.14-15, presenta dos tipos de sabiduría: una que viene de lo Alto y otra terrenal: “Pero si tenéis celos amargos y contiendas en vuestros corazones, no os jactéis ni mintáis contra la verdad. Esta no es la sabiduría que viene de lo Alto, sino que es terrenal, animal y diabólica”. Hay quienes viven con ira por el éxito de otro porque el otro lo tiene y ellos no. También hay personas que siempre quieren tener la razón, pero no exteriorizan ninguna reacción, porque saben que expresarlo socialmente es malo. También están aquellos que son extremadamente inteligentes para el mal, pero no pueden hacer nada para el bien. Hay quienes entran en la dark web, invaden celulares y cuentas bancarias, hacen cosas malas e ilegales, pero no usan el celular, por ejemplo, para pedir perdón a su esposa, para leer la Biblia, para ganar almas o para hacer algo productivo. Muchos están atrapados en sus propias trampas, en sentimientos de envidia, tribulación y perturbación, mientras buscan en esta Tierra una sabiduría en la que nunca encontrarán nada bueno.
Entonces, necesitas sintonizar tu vida con los pensamientos de Arriba, como se describe en Santiago 3.17: “Pero la sabiduría que viene de Arriba es primeramente pura, luego pacífica, amable, razonable, llena de misericordia y de buenos frutos, sin acepción de personas, y sin hipocresía.” La sabiduría de Dios nos da la capacidad de salir del plano terrenal, aunque quizás no estés saliendo de las arenas movedizas porque tus pensamientos están en cosas terrenales.
Sube a la cima y busca las cosas de Dios. Si tú, por ejemplo, estás en lo alto de un edificio y miras hacia abajo, verás que todo se convierte en meros puntos en tu campo de visión, es decir, lo grande se volverá pequeño. Así mismo, las cosas que te aquejan hoy se volverán mínimas cuando estés en el plan de Dios. Cuando estás en lo Alto, lo que pasa aquí abajo no te quita la paz. Así que mantente en compañía del Señor Jesús y no necesitarás a nadie más.
Obispo Renato Cardoso