Obispo,
Como usted ya debe saber, en Guatemala hay mucha delincuencia, debido a eso, muchos viven con miedo, inclusive unos delincuentes ya entraron a algunas de nuestras iglesias para amenazar a los pastores, pero gracias a Dios nunca hicieron nada.
Hace 7 meses, 6 hombres armados hasta los dientes entraron a una de nuestras iglesias y quisieron llevarse el auto, amenazando con entrar a la casa del pastor que vivía arriba, pero no sucedió nada. Hace unos días, esa misma iglesia, ya con otro pastor, fue visitada nuevamente por los mismos delincuentes fuertemente armados. Ellos ya llegaron diciendo que sabían que era otro pastor y que habían avisado que volverían para llevarse todo, pues si la iglesia había cambiado de pastor para intentar evitar el robo, ¡no iba a servir de nada!
Pero la reacción del pastor fue de lo más graciosa, él les respondió lo siguiente:
-Miren, si quieren llevarse todo pueden llevárselo, ustedes están robándole a Dios. ¿Ya robaron algo de Él?
Entonces, uno de los delincuentes respondió:
-Sí pastor, ¡yo ya Le robé y me fue mal!
El pastor dijo:
-Mire, ¿usted sabía que voy todas las semanas a la cárcel a orar por sus amigos?
El delincuente respondió:
-No lo sabía, ¿usted está diciendo la verdad?
Entonces el delincuente comenzó a hacerle preguntas al pastor, tales como el nombre de los guardias de la cárcel, del encargado de la cárcel, etc., solo para ver si realmente era verdad que el pastor iba allá.
Después, ellos se fueron, pero al día siguiente volvieron. Nuevamente los 6 hombres armados llegaron a la iglesia y fueron recibidos por el pastor. Entonces el líder de ellos dijo así:
-Mire, nosotros buscamos saber si era verdad que usted iba allá a la cárcel a orar por nuestros amigos presos, y descubrimos que es verdad. Inclusive, algunos de ellos nos pidieron que no tocáramos a esta iglesia, que los cuidáramos, ¡pues ustedes son realmente hombres de Dios!
¡Vea qué fuerte obispo!
Uno de ellos dijo así:
-No vamos a robar nada, pero como muchos comerciantes e incluso iglesias hacen aquí, ¡usted va a pagarnos un monto mensual para que no robemos su iglesia!
El pastor respondió:
-Muchacho, yo no puedo y no voy a darte nada, yo no tengo nada, ¡todo aquí es de Dios!
Los delincuentes quedaron azorados con el coraje del pastor y dijeron así:
-Nos dijeron bien que ustedes los de esta iglesia son diferentes, hay un montón de iglesias que nos pagan por miedo y usted ni nos tiene miedo… Mire, ¡entonces está bien! Vamos a protegerlos, ¡nadie los va a tocar!
Y el pastor dijo:
-¡Quien nos protege es Dios muchacho!
Entonces el delincuente dijo:
-¡Está bien pastor! Entonces dóneme ropa.
¡Y el pastor marcó para que ellos volvieran otro día para buscar la ropa de donación!
Es muy fuerte obispo, pues aquí los delincuentes practican mucho la “extorsión”. Ellos amenazan a comerciantes, conductores de ómnibus e incluso a iglesias, que si no pagan una mensualidad, los matan. ¡Y los matan realmente obispo! Todos los días salen noticias de asesinatos por esa razón en el país, y mire cómo nuestro Dios y el trabajo en las cárceles hacen toda la diferencia.
Hace poco tiempo conseguimos entrar formalmente en la cárcel, pues aquí ellos ponen muchos impedimentos, pero gracias a Dios lo logramos, ¡y mire nada más el resultado! ¡Sembramos para el cielo y cosechamos aquí en la tierra!
¡Muy fuerte!
¡Un abrazo para usted y para la señora Ester!
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