Cada persona recibió de Dios un espíritu, que es la sabiduría, conocimiento y talento. Cuando ella muere, el espíritu vuelve a Dios, mientras que el cuerpo vuelve al polvo. ¿Y el alma? Es la persona misma quien decide el destino del alma.
Dios te ha dado sabiduría para cuidar tu alma. Y, una vez que tu alma sea bien tratada, cuidada y alimentada por la Palabra de Dios, tu cuerpo te lo agradecerá. Seguramente habrás escuchado la expresión: “mente sana, cuerpo sano”. Bueno, cuando nuestro espíritu guía nuestra alma de acuerdo con la instrucción de Dios, que es Su Palabra, el cuerpo también se vuelve saludable.
¿Pero qué ha pasado en este mundo? La gente se queja, se lamenta y hasta insulta a Dios y dice: “mi vida es un infierno, mi vida es esto o aquello”. No razonan según las Sagradas Escrituras, que es la Fuente que alimenta nuestro espíritu y, en consecuencia, nuestra alma.
Dios es el Creador, nuestro Padre, que nos ha dado sabiduría según Su Santa Palabra, para que huyamos del mal, del pecado y de la vida desordenada y estemos en paz. Cuando nuestro espíritu pasa información a nuestra alma para seguir lo guiado por la Palabra de Dios, nuestra alma estará en paz y, así, nuestro cuerpo también estará bien.
Ahora, presten atención a lo que Dios dice en Ezequiel 18.4: “(…) He aquí, todas las almas son mías (…)”. Dice esto porque es Él quien los juzgará según sus obras. Quien entendió la Palabra de Dios va al Reino de los Cielos, pero quien despreció lo que hizo el Señor Jesús en la cruz, tendrá su alma condenada por las actitudes que tomó en la vida.
Entonces, cuida tu alma con cariño,aliméntala con la Palabra de Dios, busca Su Presencia y las promesas que Él tiene para ti, porque Él tiene promesas increíbles, siempre y cuando busques Su Palabra primero y le seas fiel.
Obispo Edir Macedo