Al finalizar el año, muchas personas consideran que el tiempo ya no se puede aprovechar y parten a perseguir sus objetivos y metas en los 365 días que vendrán el próximo año. Sin embargo, esto nunca debe aplicarse a la fe ni a la búsqueda de una relación más íntima con Dios, pues en todo momento es necesario permanecer firmes en la caminata espiritual, como enfatiza el pasaje de Isaías 55.6: “Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca”.
Aunque el 2024 está llegando a su fin, los últimos días del año aún son oportunidades para que usted conquiste el mayor milagro que es el bautismo con el Espíritu Santo y obtenga una nueva vida.
Ayuno de Daniel
Una de estas oportunidades que puede ser bien aprovechada es el propósito del Ayuno de Daniel, que comenzó el 11 de diciembre y se extenderá hasta el 31, en el cambio de año. La propuesta es que los participantes fortalezcan su comunión con Dios y reciban el Espíritu Santo. Para lograrlo, es necesario evitar que las innumerables formas de distracción tan comunes hoy en día desvíen el foco del fortalecimiento de su relación con Dios.
En una meditación reciente, el Obispo Edir Macedo explicó que el Ayuno de Daniel es un ayuno de pensamientos, en el que la persona que desea participar debe renunciar a los pensamientos del mundo, a las novedades y a los placeres carnales y, así, comienza a mirar dentro de sí, analizando su condición espiritual y quién has sido. “Serán 21 días separados para pensar en lo que viene de Dios. Y si sigues los consejos que te da la Palabra de Dios, no necesitarás llegar al día 21, porque incluso antes tendrás la respuesta de Dios en tu vida”, afirmó.
Para estar alineados con el propósito y, finalmente, ser bautizados con el Espíritu Santo, el Obispo mencionó el pasaje contenido en los Salmos 37.1-5, en el que David, el hombre conforme al corazón de Dios, detalla: “No os enojéis por causa de los malhechores, ni envidiar a los que hacen iniquidad. (…) Confía en el Señor y haz el bien; morarás en la tierra y verdaderamente serás alimentado”. “Si miras a los malos, sentirás envidia porque aparentemente ‘les va bien’, pero su fin está profetizado. Entonces, si quieres tener resultados en este propósito, mira tus necesidades y confía en el Señor”, destacó.
En este sentido, como destacó el Obispo, para estar más cerca de Dios es necesario tener confianza en Él, a partir de la herencia prometida que dejó a todos los que quieren el bien: la Santa Palabra. Ella, a su vez, corresponde a la Palabra de Dios y quien la aplica correctamente en su vida logra una verdadera transformación. “Entonces, en estos 21 días hay que confiar en el Señor y quien ama a Dios y quiere que Su Espíritu cambie su vida, hace el bien”, declaró.
Por lo tanto, más que abandonar la información secular o las formas de entretenimiento, es necesario tener un cambio de conducta en relación a la Fe, la práctica cristiana y al prójimo, porque cualquiera que hace el mal, aunque nadie lo vea ni lo sepa, debe tener conciencia de que Dios está viendo tus acciones e incluso tus intenciones.
Sin embargo, el obispo Macedo dejó una pauta que traerá el resultado esperado: “si haces correctamente este propósito y haces el bien, este seguro que recibirá el Espíritu Santo”.