Tener control sobre uno mismo es un deseo común de los seres humanos, que luchan por ello incesantemente. Sin embargo, usted mismo sabe que es imposible tomar el mando. Vivimos sujetos al gobierno de dos reinos: el de Dios o el del mundo, y aquel a quien le entregues tu vida es quien tendrá el control total sobre ella.
El Señor Jesús ya lo profetizó y determinó en Mateo 16.25: “quien quiera salvar (o controlar) su vida, la perderá (…)”. Quizás pienses que salvar tu vida significa tener y lograr lo que el mundo ofrece, como matrimonio, casa, riqueza, gloria, éxito, salud y todo lo material. Pero, cualquier persona, sea religiosa o no, que quiera tener control sobre sus deseos, anhelos y sueños, terminará perdiendo la vida en la eternidad. Puedes tener todo el dinero y el conocimiento y aun así perderás. No hay manera, nadie puede cambiar lo que ya ha sido definido por la Palabra de Dios.
Quien no vive bajo el gobierno de Dios, vive para el reino de este mundo, que es el reino de la muerte. Pero quien vive en el Reino de Dios y pierde su vida en este mundo para someterse a Su Voluntad, gana.
Para que esto suceda, debes tomar la decisión de entregar tu cuerpo, alma y espíritu a Dios. La vida y la elección son tuyas. Eres dueño de tu “nariz”, pero no tienes control sobre ella. Así que, si quieres vivir lo que te gustaría vivir, debes entregar esa vida al Señor del Reino de Dios, “porque ¿qué aprovecha al hombre si gana el mundo entero, y pierde su alma?” (Mateo 16:24). Si quieres someterte al Reino de Dios, Jesús te espera con los brazos abiertos, pero si no lo haces, ya estás perdiendo y seguirás perdiendo. Esa es la verdad.
Obispo Edir Macedo