Dios siempre nos ha advertido sobre las amistades. En Efesios 5:5-7 leemos: “Porque con certeza sabéis esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Que nadie os engañe con palabras vanas, pues por causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia. Por tanto, no seáis partícipes con ellos…”
Según lo escrito arriba, las personas serán excluidas del Reino de Dios porque se entregaron a sus voluntades y a otros dioses. Cambiaron al Dios verdadero y su propia alma por los placeres temporales de esta vida y, por tanto, Él no los obligará a pasar la eternidad con Alguien a quien rechazaron. Dios no obligará a nadie que no lo quiso en vida a pasar la eternidad con Él, porque si lo hiciera sería injusto de su parte y Él es justo. Por eso existe esta lista de personas que, según su propia elección, no heredarán el Reino de Dios.
Por tanto, ten cuidado con los argumentos que traes dentro de tu cabeza y con las personas que escuchas, porque las palabras bien articuladas pueden engañar a las personas incautas e incluso sinceras, elegidas por Dios. A veces un argumento parece muy convincente y verdadero, pero el origen del mismo es dudoso o quien habla de él es digno de duda.
Hay cosas que la gente hace que provocan la ira de Dios. Por lo tanto, no debes juntarte con personas cuya vida consiste en provocar a Dios con su conducta, sus actitudes, sus palabras y sus creencias. El Señor Jesús caminó en este mundo, pero no se mezcló con las prácticas de las personas que lo rodeaban. Ganó las almas de ladrones y prostitutas, pero no robó ni se prostituyó. Así que tienes que tener cuidado con quién te asocias, a quién pones a tu lado, a quién traes a tu casa, a quién sigues en las redes sociales y a quién admiras, porque podrías acabar como ellos. .
Como no sabes decir que no o no quieres enojarte, te justificas y dices: “Sé que hace algunas cosas mal, pero no es del todo mala, es una buena persona”. La gente quiere maquillar las cosas equivocadas, les ponen etiquetas, para ver si mejoran, pero si el contenido es amargo, de nada sirve que en el envoltorio diga que es dulce. Si quieres obedecer la Palabra de Dios, considera que hay personas que no debes tener como amigos, pero si quieres poner tus propias reglas, no olvides que habrá consecuencias.
Obispo Renato Cardoso