Dios creó al hombre primero y tenían una relación perfecta. Luego hizo una persona adecuada, la mujer, formando allí la cruz. Todo marchaba en perfecta armonía hasta que cometieron el pecado. Esto creó un mundo odioso, hostil, injusto y cruel, pero Jesús vino a reparar esto y dejó ejemplos en la Biblia de personas que, por su relación con Dios, tenían una vida feliz.

¿Por qué Abraham fue escogido por Dios? Porque fue fiel y leal a su esposa. Dios no llamó a Sara, porque Abraham era la cabeza y Sara era el cuerpo, lo cual es símbolo de la iglesia del Señor Jesús.

Abraham vivió días amargos porque la mujer que amaba era estéril, pero se mantuvo fiel a ella, incluso en esas circunstancias. Entonces Dios lo llamó y le dijo que haría de él una gran nación. Abraham aceptó esa promesa y obedeció la Voz de Dios. Así que el Señor honró Su Palabra y Abraham, a su vez, permaneció paciente, leal y fiel.

Por lo tanto, nada es imposible para Dios, ni para los que están casados ​​con Él. Dios es tan misericordioso que incluso cuando nos ve tomando malas decisiones, evalúa nuestros corazones. Él dice: “Bienaventurado el que teme al Señor y anda en sus caminos. Porque de la obra de tus manos comerás; feliz serás, y te irá bien. Tu mujer será como vid fructífera junto a tu casa; y tus hijos como plantas de olivo” (Salmo 128:1-3). Dios quiere hacer esto en tu vida, pero depende de tu matrimonio con Él.

Obispo Edir Macedo