Quien está en la fe no debe criticar a las personas que están pasando por un momento difícil, sino que debe orar intensamente por ellas. Póngase a disposición de la persona, muéstrele que la puerta está abierta que nunca es tarde para que vuelva.

Sin embargo, es necesario que respete el proceso por el que la persona está pasando. No presione a la persona y ella volverá al Señor Jesús. Si es un familiar y se genera algún conflicto, use la oración y el ayuno para ayudarlo.

Vuelva a la práctica de las primeras obras. ¿Usted buscaba a Dios por la madrugada, y no busca más? Vuelva a hacerlo, cuide su propia vida espiritual.

Ceguera espiritual

La primera cosa que ocurre cuando alguien se aleja de Dios es lo que le sucedió a Sansón. Él era un hombre con una fuerza incomparable, pero se entregó a sus sentimientos y rompió el voto que había hecho con Dios. Cuando sus enemigos llegaron, lo dejaron ciego. Aquellos que se alejan de Dios, también pierden sus ojos espirituales. Su entendimiento se ciega de tal forma que cambia lo correcto por lo incorrecto.

De esta forma, mientras que esa persona sufra ceguera espiritual, no ayudará decirle que vuelva a la Universal. Es posible que, sin razón, la persona tenga odio hacia las personas que antes amó.

El momento para invitarla

Lamentablemente, la persona que está alejada de Dios, pasará por momentos difíciles, la presión, la angustia y el vacío en el alma la harán creer que nadie las puede ayudar. Es allí donde se acordará de cómo era antes de alejarse. Este es el momento de invitarla a que vuelva.

Es en ese punto que es hora de que alguien la invite a volver. Presionarla no servirá de nada, es mejor esperar el momento justo. Fue por saber cómo actuar que muchos pudieron rescatar a los suyos para el retorno a una vida plena.