Participe con nosotros de la Semana Santa, en la Catedral de la Fe y en todas las Iglesias Universal del país. Desde el 24 de marzo, Domingo de Ramos, hasta el 31, Domingo de Pascua. Cada día de la semana será especial. Revivamos los pasos del Señor Jesús. Recordemos lo que Él hizo por nosotros en la semana más importante de la historia de la humanidad (no sólo del año). Es la semana que el diablo odia y, por eso, hay que valorarla.

«Domingo de Ramos»

En la Biblia encontramos este episodio en los Evangelios (Mateo 21:1–11, Marcos 11:1–10, Lucas 19:28–44 y Juan 12:12–19).

  • Al venir montado en un asno, el Señor Jesús cumplió la profecía hecha por Zacarías, unos 4 siglos antes: “Alégrate mucho, oh hija de Sión; Alégrate, oh hija de Jerusalén; he aquí, tu Rey vendrá a ti, justo y Salvador, pobre, y montado sobre un asno y sobre un pollino hijo de asna” (Zacarías 9:9).
  • En tiempos bíblicos era común que los reyes hicieran entradas triunfales por la ciudad. En otras palabras, era como si estas personas estuvieran recibiendo al Señor Jesús como Rey en sus vidas. Y, de hecho, aunque no vino para ser un “rey terrenal”, el Señor Jesús fue, en la carne, descendiente del rey David (Mateo 1) y fue engendrado por el Espíritu Santo (Mateo 1:18). El Rey en la Tierra y en el Cielo.
  • Sin embargo, el viernes de esa semana fue crucificado en el mismo lugar donde fue recibido como Rey, por lo que la fecha pasó a ser conocida como “Viernes Santo”.
  • Sin embargo, el Señor Jesús ya sabía que esto sucedería. Era necesario que ocurriera el sacrificio, porque era la única manera de salvarnos del infierno. Dado que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23), alguien tendría que pagar el precio. El Señor Jesús hizo un intercambio: Su vida por la nuestra. Y así, resucitó. Y hoy, habiendo vencido, recuperó el dominio sobre todo el universo. Finalmente, Él regresará en las alturas, al final de los tiempos, para completar lo que comenzó allí en la cruz.
  • De hecho, vale recordar que los profetas del Antiguo Testamento señalaron al Señor Jesús, quien cumplió cada una de las profecías respecto de Él.

Cierre del “Ayuno Daniel”:

El propósito del “Ayuno de Daniel” es de preparación para la “Semana Santa” y finalizará el 31 de marzo. Si no estás participando, debes saber que todavía hay tiempo.