La mayoría de las veces, nuestros deseos y voluntades son para satisfacer nuestras necesidades. De hecho, están para servir a nuestros corazones. Entonces, debes evaluar cuál es tu mayor necesidad hoy.

Dios dice: “Volveos a mí (…), y yo volveré a vosotros” (Zacarías 1,3). Esto significa que, cuando acudimos a Dios para pedirle lo que necesitamos, Él inmediatamente satisface nuestra necesidad. Ahora bien, si queremos imponer a Dios los caprichos de nuestro corazón, que no son nuestras necesidades, nos volvemos como un cachorro que corre atrás de su cola: sin salir del lugar.

Entonces, sigue el consejo: “Buscad al Señor mientras puede ser hallado” (Isaías 55:6). ¡Hoy es el día de buscar al Señor! Por lo tanto, si estás afligido, angustiado, desesperado, necesitas oxígeno espiritual, es decir, una Palabra que supla tu necesidad, ¿dónde la encontrarás? Ir a la Casa de Dios.

Por eso, Dios estableció Su iglesia, donde reúne a una comunidad de personas que buscan Su Presencia. Y es allí donde el Espíritu Santo suple nuestras necesidades, mientras le exponemos lo que necesitamos en el Altar.

Si una madre o un padre sufren más que su hijo que está sufriendo, imagínense cómo sufre nuestro Padre Eterno por tantas personas que sufren en este mundo, pero no le dan importancia a Su Voz ni a Su Palabra.

Por lo tanto, independientemente de la denominación, busquen a Dios. Y, si quieres conocer el trabajo de la Iglesia Universal, no dudes en acudir a la más cercana a ti. Allí te darán un buen consejo.

Obispo Edir Macedo