José, el soñador

Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.
Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:
He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.
Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras.” Génesis 37. 5-8.

José era uno de los hijos de Israel. Sus hermanos le tenían envidia porque su padre lo amaba más que a todos los demás, ya que era el hijo de su vejez. José siguió la misma fe de su padre ¡y se tornó en un soñador!
¡Pero cometió un grave error, le contó a sus hermanos uno de sus sueños. Sueño que Dios había puesto dentro de él y sus hermanos se enojaron.

“Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador.
Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños.” Génesis 37. 19 y 20.

José fue vendido a unos mercaderes que pasaban por allí y fue llevado a Egipto. Donde lo compró como esclavo Potifar, oficial de Faraón. En casa de Potifar, se tornó el mayordomo, pues Dios lo bendecía en todo.
Cuando todo parecía estar bien, la mujer de Potifar se le insinuó a José y él al negarse por su temor a Dios, fue víctima una vez más de una injusticia. Ella le dijo a su esposo que José quiso atacarla. José fue llevado preso y aún en la cárcel, Dios estaba con él.

Cuando Faraón, tuvo un sueño, fue dado aviso que había un hombre en la cárcel, llamado José, que interpretaba sueños y fue llevado hasta el Faraón. Habiendo Dios puesto en José la visión del sueño y su interpretación, Faraón reconoció la sabiduría de José y lo puso como gobernador de toda la tierra de Egipto.
Dios no apenas dio a José la interpretación del sueño, mas también la sabiduría de cómo evitar que los años de miseria llegasen a afectar la economía de Egipto.

¡Vemos que cuando todo parecía estar perdido, sin solución, humanamente imposible, fue cuando Dios trajo la salida! Y fue allí, en medio a toda la miseria que el mundo sufrió, que los hermanos de José que hacían años que no se veían, vinieron y se inclinaron ante él, conforme el sueño que había tenido. Así como con José, todos nuestros sueños pueden cumplirse. Todo lo que somos capaces de soñar y o imaginar, Dios es capaz de cumplirlo si nosotros permanecemos confiados en Él.

Por eso estaremos realizando un propósito con todos los que también tienen sueños y quieren realizarlos. ¿Quién mejor que Dios para guiarnos a la realización de nuestros sueños? Todos tenemos sueños, y si vivimos la misma fe de José, veremos a todos estos también tornándose realidad.

Deje su nombre en el libro de los Soñadores y juntos lucharemos para que usted también venza como José.

“En el Congreso para el Éxito
recibí visión y eso cambió mi vida económica”

Caterine: “Debido a los problemas económicos que tenía, todo en mi vida estaba mal, porque además de no tener ni para comer, nuestro matrimonio se vio perjudicado ya que ambos nos encontrábamos desempleados.
Si bien queríamos trabajar y conseguíamos trabajos esporádicos, no lográbamos nada estable, ni tampoco salir adelante, entonces eso generaba discusiones e incluso estuvimos separados.
Cuando llegamos a la reunión de lunes, lo primero que aprendí fue a tener visión y eso cambió todo.
Siendo perseverantes y poniendo en práctica las enseñanzas dadas, salimos adelante, tenemos nuestro negocio propio y nuestro vehículo.
Con mi esposo estamos bien y lo principal, mi interior está en paz”.

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