Estaba meditando sobre la acción del Espíritu Santo en la vida de los hombres del pasado. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, los profetas y patriarcas no tenían el Espíritu Santo permanentemente con ellos para que los dirigiera, ellos dependían de un sueño, de una revelación o de una Voz audible, como fue el caso de Noé, Abraham, Moisés, Josué, etc.

El Espíritu de Dios Se manifestaba inspirando a Sus siervos, dándoles la dirección para aquella ocasión y listo. Después el siervo se quedaba esperando una nueva revelación.

No eran todos los que tenían una visión, una revelación o podían oír la Voz de Dios. Vemos en los días de hoy la acción permanente del Espíritu Santo en la vida de aquellos que desean seguir al Señor Jesús. Él dijo:

Y Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre… Juan 14:16

Hoy no necesitamos estar esperando un sueño, una revelación u oír una Voz para que Él nos guíe. Ya no necesitamos más una noche de sueño para que Dios revele lo que Él quiere, no necesitamos tener una visión física, pues Dios ya encontró la forma de guiarnos, enviándonos al Espíritu Santo.

Quien Lo tiene, tiene la revelación de Su voluntad, la visión de la Salvación y logra oír la Voz del Propio Dios en su espíritu, testificando que pertenece a Él.

Quien no tiene el Espíritu Santo vive perdido, aunque esté en una iglesia, sus elecciones, acciones, decisiones y derrotas son el resultado de las elecciones hechas por alguien que no logra oír la Voz de Dios, que vive sin dirección, como ciego.

Quien tiene el Espíritu Santo logra ver más allá, no quiere decir que Dios tome decisiones por nosotros, pues, aunque Lo tengamos, Él respeta nuestra voluntad, pero Él nos guía a toda verdad y solo cae quien quiere.

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad…” Juan 16:13

Colaboró: Pastor Luis Marcelo da Silva

Obispo Macedo