En el Salmo 30.5 está escrito: “Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro,Y a la mañana vendrá la alegría.” Es decir, Dios se enoja, pero perdona. Su nombre está sobre todo, porque Él es el Altísimo, pero también tiene sentimientos. Cuando Él hizo nuestra alma, la hizo a semejanza de la suya. Cuando Él soplo el aliento de vida en Adán y Eva, Él sopló el alma.

Dios nos da la vida en toda su plenitud, en toda su belleza y grandeza. Puedes ver esto cuando miras la naturaleza, el mar, los bosques y las flores. Cuando ves a un niño sonriendo, su vida y su inocencia están ahí.

El mismo versículo dice, “el llanto puede durar una noche, pero la alegría viene por la mañana” y eso es muy fuerte. A veces, la persona dice que su llanto ha durado meses, incluso años, que su vida está llena de lágrimas y dolor, porque fue rechazada y parece que se va a morir así. Pero la verdad es que no, porque el llanto puede durar una noche, pero la alegría llega por la mañana.

Mucha gente gime de dolor, afligida, herida y cansada, pero Dios es compasión, es amor y es

misericordioso. Está enojado con los impíos, los pecadores y los perversos, pero tiene compasión de los que sufren. El Padre eterno cuida de los que no tienen padre ni madre, que nacieron y fueron arrojados a este mundo. Viene, extiende la mano y dice: “Tu llanto puede haber durado toda la noche, toda tu vida, pero he aquí que esta mañana, en este momento, llega la alegría”. Así que mantente firme en lo que Dios dice y tu vida nunca más será de tristeza y dolor.

Obispo Edir Macedo