Algunas personas son escépticas acerca de la Ley del Retorno, ya que ven a su alrededor personas que cometen errores y no pagan por lo que hicieron. La ley del retorno no está al servicio del deseo de venganza, pero muchas personas la confunden con el deseo personal de venganza, es decir, quieren ser jueces de los demás y ejecutores de esa justicia.
En el libro de Proverbios 11.31 está escrito: “He aquí, el justo recibe su retribución en la tierra; ¡cuánto más el impío y el pecador!” Es decir, tanto el justo como el pecador reciben en la Tierra la retribución de sus actos. Muchos no creen en la Justicia del Señor porque no siempre son testigos de este retorno en la vida de las personas con sus propios ojos, pero nadie tiene la capacidad de estar en todas partes ni todo el conocimiento del mundo.
Dios es justo y da a todos la oportunidad de arrepentirse. A veces ves a un malvado vivir mucho tiempo, pero eso es porque Dios le da la oportunidad de arrepentirse. Así que no dejes que tus ojos te digan si la Palabra de Dios es justa o no. Esa Palabra te llama a confiar en Él, aunque no lo veas. Por cierto, cuando confías en una persona, no la estás mirando permanentemente y así es como actúa Dios.
No se deje engañar por la falsa falta de castigo o justicia. Sabemos que la justicia del hombre se da a cambio de algo y que, por eso, se vuelve ineficaz, pero Dios garantiza que se hará su justicia.
Cuando alguien no ve que los demás soportan las consecuencias de sus errores, piensa que no tendrá consecuencias por los suyos también.
Pero así es como la gente tropieza: por la visión miope, se vuelven intrascendentes y están inquietos con el hoy y el ahora, a diferencia de la persona que tiene inteligencia divina, que le enseña a pensar a largo plazo. El justo piensa en el Cielo y es consciente de que el alma es eterna.
Entonces, deja de pensar que puedes hacer una tontería aquí o allá, ya que la retribución se recibe aquí en la Tierra. Aquí es donde tienes tiempo para arrepentirte y buscar el perdón. Pero si vas a la eternidad sin arreglar el asunto de tu alma con Dios, ya no puedes arreglarlo. No hay forma de que puedas volver a la Tierra para tratar de arreglar lo que has hecho mal. Depende del hombre morir una sola vez y después de eso es el Juicio Final. Si quieres pagar para ver, el alma es tuya.
Obispo Renato Cardoso