Mientras usted lee esta post , hay personas que no tienen ni siquiera un poco de alimento en el estómago. Son muchos los que están de manos y estomagos vacíos en este momento. Sí, son muchos. Cuando el asunto es el hambre, por desgracia, los números todavía asustan. Hace tres años consecutivos no para aumentar en todo el mundo. Ya son más de 800 millones de personas sin alimentos para permanecer nutridas, según el último Informe Global de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), publicado en septiembre del año pasado. Esto significa que una de cada nueve personas está subalimentada.

Un dato más reciente, presentado en abril, mostró que la inseguridad alimentaria aguda, aún más grave y alarmante, pues significa que la vida de la persona está en riesgo por falta de alimento adecuado, ya alcanza cerca de 113 millones en 53 países, según datos divulgados también por la FAO, en conjunto con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Unión Europea.

El término inseguridad alimentaria aguda, destaco aquí, es una definición pomposa para el hambre extrema, algo que, de pomposo, no tiene nada. Casi dos tercios de las personas que se enfrentan al hambre aguda están en sólo ocho países: Etiopía, Nigeria, República Democrática del Congo, Sudán, Sudán del Sur, Siria, Yemen y Afganistán. La mayor parte de la población que sufre el hambre vive en países o territorios afectados por conflictos. Los eventos climáticos son la segunda causa.

Entre los más recientes está el ciclón Idai, que afectó a Mozambique, Zimbabwe y Malawi y dejó más de 700 muertos. Sólo en Mozambique, donde un brote de cólera apareció después del ciclón, cerca de 1,8 millones de personas necesitan ayuda. Esto trae a la memoria el pasaje bíblico: «Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y habrá hambrunas, y pestes, y terremotos, en varios lugares» (Mateo 24.7).

Son muchos los números y es poca comida. Una clara señal del Fin de los Tiempos, con lo cual es posible percibir cuánto el amor de muchos se ha enfriado. ¿Cuántos son los que se preocupan por el hambre en el mundo? ¿Cuántos están enfocados en sus propias vidas de forma egoísta y dejan de lado el cuidado y la atención al prójimo? No todos se preocupan por el dolor del otro. ¿Cómo las personas van a amar y respetar a sus semejantes, si no aman ni respetan a Dios?

¿Cuál es el objetivo?

Las tres familias más ricas de Francia, además de empresas de diversas partes del mundo, consiguieron reunir en tiempo récord más de 900 millones de euros para reconstruir la Catedral de Notre-Dame, en París, dañada por un incendio el mes pasado. Se produjo hasta donación de una empresaria brasileña, que ofreció 10 millones de euros.

Mientras tanto, trabajos eficientes, que transforman vidas y llevan la Salvación a diversos lugares, incluso los más lejanos, no son debidamente valorados.Universal no mide esfuerzos ni recursos para realizar acciones sociales en diversas partes del mundo. Un trabajo que ameniza el sufrimiento y proporciona aliento incluso a las personas de las comunidades distantes, a ejemplo de los indígenas de la Aldea Karitiana, que vivían aislados en Rondônia . Hoy ellos reciben la visita de los voluntarios y pastores de Universal, que ofrecen atención médica, alimentos, ropa y calzado. Y este es sólo un ejemplo delante de miles de otras acciones realizadas diariamente.

¿Cómo es posible recaudar tanto dinero en tan poco tiempo, para una sola restauración, mientras otras instituciones, provistas de ese recurso, podrían utilizarlo de forma más efectiva para ayudar al prójimo?

Universal ha realizado un trabajo incansable, llevando a las personas no sólo el alimento físico, sino el alimento espiritual de que la sociedad tanto necesita. ¿Te importa esto? Vale la reflexión.