Todos estamos sujetos a herirnos, y aunque eso sea doloroso, es necesario cuidar de la herida para que no se infecte y se esparza hacia otras áreas. Lo cierto, es que no solo las heridas físicas necesitan ser cuidadas, sino que las emocionales y espirituales también lo necesitan.
Quizá usted planeó una cosa, y sucedió otra; no era para haber sido una niña abusada, pero lo fue; no era para que su hijo se suicidara, pero él lo hizo; no era para que sea traicionado por su pareja o abandonada por sus padres, pero lo fue. El plan y el deseo eran otros, pero sucedió lo que era malo e injusto.
Abandono, abuso, humillación, injusticia, palabras duras, rechazo, traición y tantas otras situaciones que causan heridas invisibles que penetran en el alma y generan otras, como la ansiedad, el deseo de suicidio, la depresión, rencor, el odio y las ganas de vengarse.
Estas heridas son tocadas todos los días por los recuerdos y malos pensamientos, que impiden la cicatrización.
Muchos no reconocen o no saben que tienen una herida en el alma, algunos lo saben, pero consideran que es normal y aceptan sus heridas como si fueran algo incurable o que simplemente precisan aprender a convivir con ellas.
Tal vez usted carga consigo una herida en el alma a causa de las marcas del pasado o puede ser que usted conozca a alguien que vivió algo una mala experiencia y no consigue perdonar o perdonarse.
Sepa que así como un padre desea lo mejor para su hijo, Dios desea lo mejor para el ser humano, pero tenemos “facilidad para absorber los malos pensamientos” y lo que Él piensa termina siendo ignorado. Es necesario recordar que Dios conoce nuestro interior y que enfocarse en Sus pensamientos de paz ya ayuda a curar varias heridas que fueron ocasionadas por críticas, ofensas y malas opiniones. A pesar de no ser un proceso indoloro, el paso a paso para la cura es simple, personal e intransferible. Además de dar oídos y obedecer a la Voz de Dios, es necesario reconocer que hay una herida, entender que Dios es la cura y es el Único que puede curar, finalmente, buscar ese tratamiento.
Aun tratando las heridas antiguas o actuales hasta que cicatricen, siempre habrá alguna situación donde aparecerán nuevas: “es normal pasar por situaciones que duelen y lastiman.
Lo que no es normal es que la herida quede expuesta y nunca se cure, extendiéndose para el resto de su vida.
5 señales de que su alma está herida:
1-Tiene malos sentimientos contra una o algunas personas y busca evitarlas.
2-No quiere tratar de un asunto del pasado para no tocar en sentimientos y malos recuerdos.
3-Usted hiere a otras personas, incluso aquellas que ama, y no siente culpa de su dolor.
4-Desistió de sus sueños. Antes era una persona positiva y optimista, hoy solo piensa en sobrevivir.
5-Se aísla de las personas, porque cualquier contacto puede volverse sofocante, para usted o para ellas.
Participe del evento que transformará su herida en una gran historia de superación.
Domingo 21 de Mayo a las 9:30 h – De la herida a la cicatriz.