¿Tiene la costumbre de reclamar de las situaciones? ¿Maldecir a las personas, las cosas o los lugares? Si es así, eres la razón por la que todo le sale mal y tus planes no salen adelante.

Entienda

He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!

Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.

Santiago 3:3-8

Es decir, el lenguaje tiene el poder de mejorar o empeorar una situación. Bendecir o maldecir.

Que significa eso:

  • Debes revisar urgentemente el tipo de palabra que sale de tu boca. De eso depende no solo su éxito financiero, sino todas las áreas de su vida.
  • “Deje de quejarse y aprenda a profetizar. Despierta y profetiza que tu día será bendecido, abre tu boca para bendecirte. Cuando comiences a hacer eso, lo que ha estado muerto y estancado en tu vida comenzará a suceder y escucharás a Dios moviéndose en áreas que estaban atadas.
  • El ejemplo del profeta Ezequiel quien, frente a un valle de huesos secos, profetizó la aparición de un gran ejército (lea Ezequiel 37:1-10).
  • Ezequiel caminaba por un lugar feo, que apestaba a muerte. Quizás estés viviendo una situación difícil como nunca antes. Pero tienes un Dios que puede hacer cualquier cosa. Ezequiel comenzó a profetizar, los huesos se colocaron en su lugar y la profecía se cumplió. Esto demuestra que donde actúa el Espíritu de Dios, suceden cosas. El valle comenzaba con la muerte y terminaba con un ejército. Empezó seco, pero terminó vivo.
  • No importa si empiezas poco a poco o empiezas de nuevo. El Altísimo puede hacerte un ejército. “Él está contigo y cuando Su Mano está sobre la vida de alguien, protege, bendice, multiplica. La última palabra no es del médico, del juez, del abogado. Es del Señor”.

Obispo Jadson Santos

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