Cuando una persona conoce la Voluntad de Dios y se sumerge en ella con todas sus fuerzas, se convierte en la persona más feliz sobre la faz de la Tierra, porque esa es la felicidad de todos los que son generados por el Espíritu Santo.
Estamos viviendo en la era del Espíritu Santo y es Dios quien elige las personas a través de las cuales nacerán Sus Hijas e Hijos. Cuando Él elige, hace descender al Espíritu Santo sobre la criatura elegida y, a través de él, nacen nuevas criaturas que se convierten en las más felices sobre la faz de la Tierra. Primero, porque se vuelven justos, sin pecado delante del Padre; segundo, porque reciben paz de Dios.
El Señor Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo, lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará, y vosotros lamentaréis…”. Él decía esto a causa de Su muerte y continuó: “pero vuestra tristeza se convertirá en gozo” (Juan 16:20). Eso es lo que sucedió cuando Jesús resucitó. Jesús también puso un ejemplo: “una mujer, cuando está a punto de dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora, pero después de haber dado a luz, ya no se acuerda de la angustia, por el placer de haber nacido otro hombre”. en el mundo. Así también vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo” (Juan 16:21-22). Entonces, desde el momento en que pones toda tu vida, todas tus fuerzas, todos tus pensamientos en Jesús, te regocijas.
Esto les pasó a los discípulos y hoy también le pasa a cualquiera que escucha la Palabra de Dios. La persona que se entrega de verdad está triste, pero cuando saca de su pecho los deseos personales y coloca su vida en el Altar del Altísimo, surge una vida nueva.
Cuando la alegría viene de Dios, nadie la quita. Cuando viene del mundo, por supuesto, es sólo por un momento.
Jesús quiere que tengan el gozo que viene de Dios, todos sus seguidores, sea cual sea la situación. Esta alegría nace en ti cuando te conviertes en una nueva criatura generada por el Espíritu Santo.
Obispo Edir Macedo