¿Qué define a una amiga para ti? ¿Alguien que responde rápidamente a tus mensajes? ¿Alguien que acepta tus invitaciones al happy hour y está de acuerdo con todo lo que dices? Si la respuesta es sí, tienes que una idea errónea sobre la amistad y esto puede privarte de personas que realmente aportan cosas buenas a tu vida, porque una amiga no es alguien que solo ofrece consejos “dulces”.
En un mundo de comunicación fácil, muchas mujeres se han acostumbrado a compartirlo todo con sus «amigas». La frase «¡Amiga, no sabes lo que pasó!» es común y suele ir seguida de chismes, críticas y consejos. A cambio, se espera aprobación por todo lo que dicen y hacen.
El peligro es que quienes solo apoyan tus ideas terminen reforzando tu visión del mundo. ¿Pero qué pasa si te equivocas? En ese caso, tú y tus amigas nutrirán aún más opiniones y pensamientos negativos, en lugar de desarrollar una perspectiva diferente. Mantener una amistad basada únicamente en las emociones, la presencia constante y un hombro para llorar puede distanciarte de quienes te animan a crecer y, peor aún, alejarte de Dios.
IDENTIFICANDO UNA BUENA AMISTAD
La verdadera amistad trasciende lo emocional y lo social. Es espiritual, firme, comprensiva y equilibrada. Una buena amiga ora por ti, y lo que dice es tan bueno que podría repetirse en voz alta, a diferencia de los consejos venenosos que algunas «amigas» dan en secreto. Cuando necesitas ayuda, una buena amiga está ahí para ti, pero también tiene el coraje de reprenderte si es necesario y ayudarte a ver el panorama general para que puedas ver más allá de tu pequeño mundo.
En tus días difíciles, una amiga no te quita el dolor, echando leña al fuego, sino que te ayuda a ver tus desafíos desde una perspectiva más amplia, recurriendo a Dios. Esto es lo que la distingue: es tan buena para hacerte depender de Él y no de ella, que incluso pueden pasar tiempo separadas y la consideración mutua se mantiene.
DESAHOGANDO CON DIOS
Ya sea que estés rodeada de amigas o seas más reservada, comprende: Dios quiere ser tu consejero. Por mucho que tu amiga te quiera, no posee la verdad, a diferencia de Él. Al escucharlo, te evitas mucho dolor.
Dios conoce tus madrugadas de preocupación; Él es tu amigo más fiel y te ofrece las respuestas que necesitas para triunfar. La voz del Admirable Consejero (Isaías 9:6) está a tu disposición. ¿Por qué no buscas el consejo de Su Palabra para superar tus problemas?







