Quizá usted se ha preguntado: “¿por qué no tengo fuerzas para luchar?”, “¿por qué a pesar de todo mi esfuerzo no logro salir adelante?”…”Me desanimo constantemente, ¿qué puedo hacer?”… La respuesta es simple pero muy importante: el Espíritu Santo.
Quizá en este momento se pregunte: ¿para qué sirve y qué tiene que ver el Espíritu Santo en mi vida y el Ayuno de Daniel?
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…” (Hechos 1:8).
La importancia del Espíritu Santo radica en dos aspectos:
El primero es que usted recibirá el poder, la fuerza y autoridad para vencer cualquier adversidad, que se encuentre a su paso.
El segundo es que ese poder, también tiene la función esencial de glorificar el Nombre del Señor Jesús.
No es cualquier cosa es el sello y confirmación de que el propio Dios habita en nosotros. Pero Él no puede estar en un cuerpo que se encuentra ocupado.
¿Ocupado de qué? De ideas que son ajenas y le impide de tener una estrecha comunión con Dios, por ejemplo: redes sociales, música, noticias pesimistas, chismes y todo aquello que no permite que su interior sea habitado por Él.
En qué consiste el Ayuno de Daniel
El Ayuno tiene un propósito; depurarlo de lo que no sirve en su vida espiritual, que dicho sea de paso, es la base de todos los demás aspectos de su vida.
Al limpiarse espiritualmente, su comunión con Dios será mayor y le dará lugar al Espíritu Santo, para ser lleno de Su presencia.
El acceso de informaciones cotidianas, ya sea por cualquier medio así como el personal, suele incomodar nuestro interior, es por eso que vemos como prioridad tener en nuestro interior el Espíritu Santo, ya que Él no sólo nos ayuda a vencer, sino también a discernir aquello que escuchamos, pensamos y vemos, para así tener una mejor comunión con Dios.
Resultados del Ayuno de Daniel
“Era una persona llena de miedos, traumas, rencor y temperamento agresivo”
Gabriela: “Era una persona nerviosa, con muchos miedos, traumas, fobias, rencor, tenía un temperamento agresivo. Intenté varias veces quitarme la vida. Sentía miedo de salir a la calle, no tenía ganas de vivir.
Fue así que llegué a la Iglesia, comencé a usar mi fe los días Domingos y Viernes y fui libre de los problemas espirituales, pero en mí existía un vacío que no lograba llenar con nada ni nadie. Fue así que participando en el Ayuno de Daniel, logré recibir el Espíritu Santo.
Hoy soy feliz y tengo paz.” Finaliza.
“Tenía un vacío en mi interior; era una joven triste, y sentía odio hacia mi papá”
Lisi: “Vivía angustiada, triste, pasaba todo el tiempo llorando con depresión. Tenía mucho odio hacia a mi papá, él nos maltrataba mucho a mí, a mi mamá y mis hermanos. Buscaba llenar ese vacío en los bailes, amigos y terminé involucrándome en los vicios.
Llegué a la Iglesia y usando la fe fui libre de la angustia, pero aún sentía un vacío en mi interior, no lograba perdonar a mi padre. Tuve la oportunidad de participar del Ayuno de Daniel, comencé a buscar a Dios con todas mis fuerzas y fue así que yo recibí el Espíritu Santo.” Finaliza.
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