¿Tu casa está construida sobre roca o arena? El Señor Jesús advierte de la importancia de edificar y sustentar la propia vida sobre la Roca, para que la persona no corra el riesgo de que su vida (casa) sea lleva por los problemas y las dificultades.
Porque es importante:
- Jesús advierte a todos sobre el asunto en Su Palabra. Lea Mateo 7:24 al 27
- “El hombre prudente y sensato es el que piensa. Todos los seres humanos son inteligentes, pero cuando decimos ‘prudentes’, estamos hablando de aquellos que usan su capacidad racional y se apoyan en la Palabra de Dios.
- El que obedece la Palabra de Dios es como un hombre sabio, que edifica su casa sobre la roca; allí recibe lluvia y viento, pero permanece intacto, porque fue edificado sobre un cimiento, sobre roca.
- De nada sirve tener un conocimiento bíblico, si cuando hay necesidad de practicar la Palabra, ese conocimiento se evita…
Qué tener en cuenta:
Si no usas la fe, tu casa no permanecerá. Antes de construirla, toma una piedra, cava el hoyo, establece y construye la casa, tal como lo hizo el sabio.
Pero ¿qué significa eso?
El hombre prudente es la persona atenta, cautelosa, discreta, prevenida, y vigilante. Es decir, es la persona que opta siempre por seguir la Verdad, sabiendo que ella premia la conciencia con la paz, sosego y tranquilidad.
Por otro lado, la insensata es una forma “suave” de considerar a alguien alienado, loco, demente.
En otras palabras, un insensato es cualquiera que se opone a la razón, al sentido común, y quiere aprovecharse de todo a cualquier precio. Entonces, opta por la mentira, el engaño, el robo, la corrupción… Es decir, la salida fácil. Al final, la probabilidad de tragedia es del 100%.
Jesús habla del prudente que oye y hace. Tú conoces la Palabra de Dios; tuviste un problema con una persona, y no pediste perdón, el tiempo pasa y el recentimiento no se borra, hay que sacar ese dolor, eso se llama practicar la Palabra de Dios.
El hombre insensato:
Ya este es el que usa el sentimiento, el corazón, que es el arma más grande del diablo para arrasar, destruir la fe de la gente. La fe tiene que ser inteligente, para que no se vuelva rehén del corazón.
“El corazón siempre contradice la Palabra de Dios, el alma es engañosa, por eso tú –por obligación– tienes que evaluarte para no caer en tentación a causa de tu corazón”,
Y advirtió:
“Dios nos está enseñando el camino para estructurar nuestra vida espiritual sobre un fundamento sólido, [es decir] Su Palabra, que no vuelve vacía. Tenemos que aprender a confiar en lo que está escrito”.