Las bendiciones de Dios no se limitan a un solo aspecto de la vida humana. Y, aunque hay muchos que quieren disfrutar de las dadivas provistas por Él, no todos están decididos a pagar el precio para ser honrados por el Señor.

Por el contrario, quienes verdaderamente desean la honra que viene del Altísimo escuchan Su voz, y así logran una vida bendecida por Él. Ver:

“Y SUCEDERÁ que si oyeres la Voz del Señor tu Dios, teniendo cuidado de guardar todos Sus Mandamientos que yo te ordeno hoy, el Señor tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, cuando oigas la Voz del Señor tu Dios” (Deuteronomio 28:1-2)

Con esto comprende: escuchar la voz de Dios significa obedecer y sujetar tu voluntad a la Suya. Una actitud que no depende de los sentimientos, sino de la decisión a través de la fe.

Lo que necesita saber sobre su poder de elección:

Al principio de la creación, Dios trajo a la vida a todos los seres vivientes de la Tierra, usando únicamente Su dominio y autoridad. Y desde entonces, toda la naturaleza proclama Su gloria (Salmo 19:1).

Sin embargo, al ser humano, el Altísimo concedió y confió un poder singular: el libre albedrío, para que pudiéramos elegir amarlo con sinceridad, sin ningún rastro de imposición. Pero, desgraciadamente, la curiosidad de Adán y Eva llevó a la humanidad al mal y, en consecuencia, a elecciones que la alejan de su Creador.

De esta manera, la desobediencia hizo posibles dos destinos para el alma humana: bendiciones o maldiciones, muerte o vida eterna. Y el camino que tomemos depende exclusivamente del que elijamos seguir.

Que hacer:

Un gran poder va acompañado de grandes responsabilidades. Por eso, a la hora de asumir la capacidad de tomar nuestras propias decisiones, debemos tener presente la ley determinada por Dios: “[…] todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6,7). En otras palabras, hoy cosechas lo que sembraste ayer, y mañana cosecharás los frutos de lo que sembraste hoy.

Con esto, decide someterte a la voluntad de Dios y cosecha las bendiciones proporcionadas a aquellos que estén dispuestos a pagar el precio por escuchar Su voz:

“El Señor mandará que la bendición esté con vosotros en vuestros graneros y en todo lo que empuñéis; y él te bendecirá en la tierra que el Señor tu Dios te da. El Señor os confirmará para sí como pueblo santo, como os ha jurado, cuando guardéis los mandamientos del Señor vuestro Dios y andéis en sus caminos. Y todos los pueblos de la tierra verán que el Nombre del Señor es invocado sobre ti, y te temerán”. (Deuteronomio 28.8-10)

Profundice:

Además, Dios pone a nuestra disposición su propia armadura para que podamos defender nuestra fe de los intentos del diablo con el fin de alejarnos de la voluntad del Altísimo. Entérate de cómo obtener la protección de Dios participando en el estudio bíblico “Armadura de Dios” , todos los miércoles, en la Catedral de Fe, ubicado en Av. 18 de Julio 2025. Y si vives en otra localidad,  haz clic aquí y encuentra una Iglesia Universal más cercano y estar presente.