¿Qué hubiera sido de Abraham si no fuera por el Altar?
Él se tornó el mayor referente de la fe porque, cuando fue llamado por el Altar, respondió: ¡HEME AQUÍ!

El Monte Moriah llamó a Abraham.
El Monte Sinaí llamó a Moisés.
El Monte Carmelo llamó a Elías.
Gedeón también fue llamado por el Altar.

El Señor Jesús, que es el Altar, llama a todos los cansados y oprimidos, pero solo oyen aquellos que creen, ¡y quien cree obedece!

A Pedro, cuando estaba poseído por el miedo, el Altar le dijo: ¡Ven!
Y mientras obedecía al Altar, caminaba sobre las aguas.

A Lázaro, que estaba muerto hacía 4 días, el Altar le dijo: ¡Sal!
Él estaba muerto, pero obedeció, ¡y por eso resucitó!

Solo el Altar hace posible todo aquello que ha sido imposible, inclusive vencer a la propia muerte.

Pero ¿de qué sirve estar dentro de una iglesia y no creer en el Altar?

El Altar entró a Nazaret, pero allí no pudo hacer muchas maravillas, a causa de la incredulidad de las personas.

El Propio Señor Jesús fue llamado por el Monte Calvario y obedeció.

¿Qué sería de cada uno de nosotros si no fuera por el Altar?
¡Él me llamó y obedecí!
¡Gracias a Dios!