…Acercaos, y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos (de los cinco reyes). Y Josué les dijo: No temáis, ni os atemoricéis; sed fuertes y valientes, porque así hará el Señor a todos vuestros enemigos contra los cuales peleáis. Josué 10:24-25

Pero la realidad de muchas personas que dicen ser de Dios es exactamente otra, pues en vez de pisar a sus enemigos (murallas) terminan siendo sofocadas por ellos. Pero ¿por qué?

Porque para que la Profecía se cumpla hay una condición. En este caso, la condición es que la persona sea fuerte y valiente, para que el pie que está sobre su cuello salga y así ella pise a eseenemigo (muralla) y la Profecía sea realizada.

Lamentablemente son muchas las personas que están no solo con la “soga al cuello”, como suele decirse, sino con los pies de los demonios en su cuello: con tristeza, miedo, enfermedades, soledad, vicios, depresión, separación familiar, en la miseria, etc.

Vea que después de haber matado a esos cinco reyes de la nada, Josué les dijo a todos sus soldados y al pueblo: “Sed fuertes (para creer en la Profecía) y valientes (para sacrificar en pro de su cumplimiento).”

Como si no bastase, él también colgó a esos muertos en estacas a la vista de todos hasta la puesta del sol, como símbolo de victoria, justicia, fuerza y coraje, para el pueblo de Dios.

El pueblo de Dios no puede estar con soga ni con pies en el cuello. ¡Que así estén los hijos de la incredulidad! Pero nosotros, que creemos, no. ¡No podemos aceptar eso!

El pueblo de Dios tiene que vencer, vencer, vencer, para que quede como testimonio del cumplimiento de lo que fue prometido por el Dios Vivo.

¿Cuál es la soga que está en su cuello? O peor, ¿cuál es el pie que está en su cuello?
¡¡¡No acepte eso!!!

Vénzalo, ¡usted puede! Nosotros estamos con usted hasta el fin.

Solo para que se familiarice con el texto:

Y cuando los hubieron llevado a Josué, llamó Josué a todos los varones de Israel, y dijo a los principales de la gente de guerra que habían venido con él: Acercaos, y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos.
Y Josué les dijo: No temáis, ni os atemoricéis; sed fuertes y valientes, porque así hará el SEÑOR a todos vuestros enemigos contra los cuales peleáis. Y después de esto Josué los hirió y los mató, y los hizo colgar en cinco maderos; y quedaron colgados en los maderos hasta caer la noche.
Y cuando el sol se iba a poner, mandó Josué que los quitasen de los maderos, y los echasen en la cueva donde se habían escondido; y pusieron grandes piedras a la entrada de la cueva, las cuales permanecen hasta hoy.
 Josué 10:24-27