“Pero, ¡ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días!” (Marcos 13.17)
En la grande tribulación, las mujeres que estén embarazadas o amamantando, llorarán mucho, pues la vida de sus hijos será sacada de la tierra por ser inocentes, sin pecado. Esos niños serán guardados de la tribulación que vendrá los últimos días.