Muchos, al sentirse “desanimados”, sin coraje y sin fuerzas, se preguntan: “¿por qué me siento así?”. y “¿Qué hago para no sentirme así?”. Ahora bien, la respuesta es muy sencilla: te sientes débil o desanimado porque estás apegado a lo que sientes. Ser fuerte y tener coraje no tiene nada que ver con sentir, sino con lo que hacemos.

El cuerpo físico, por ejemplo, se vuelve fuerte por lo que come una persona, o por lo que deja de comer, la cantidad que consume y los ejercicios para fortalecer los músculos. Eso es lo que hace un cuerpo fuerte. Si haces lo correcto para el cuerpo, al final sentirás fuerza, pero ese sentimiento será consecuencia de lo que hiciste.

La mente, en cambio, se fortalece con lo que piensa la persona y la información que consume. Entonces, si llena su mente con información de redes sociales, aleatoria y basura, su mente estará confundida, acelerada, ansiosa y sin saber qué hacer. Para que sea fuerte y saludable, es necesario pensar en lo que es bueno, loable, digno y lo que produce cosas buenas. Entonces el ánimo estará contigo.

Para determinar tu calidad de vida, deja de vivir por lo que sientes. No te rindas a los sentimientos e instintos. Solo los animales viven por instinto, pero Dios nos ha dado una cabeza, entonces no podemos ceder a los sentimientos, la debilidad o los recuerdos.

¿Cuántas personas se quedan atrapadas en el pasado, reviviéndolo como una película de terror y recordando constantemente todos los malos recuerdos de su vida? ¿Y sabes quién tiene el control remoto de tu mente? Tú. Eres tú quien elige rendirse o no a estos recuerdos, mirar tu pasado o planificar lo que vas a hacer y seguir adelante. Eres tú quien decide.

Tienes que preocuparte menos por cómo te sientes y empezar a hacer lo que realmente aporta fuerza, dirección y disposición. Actuando de esta manera, tus sentimientos pronto serán buenos porque serán consecuencia de buenas actitudes cotidianas.

Así que, sin importar lo que sientas, ve y hazlo. Sal de donde estás, deja de esperar sentir algo y hazlo, te apetezca o no. Haz lo que sabes que es correcto y el sentimiento vendrá después como consecuencia.