Conozca los principios fundamentales para ganar la batalla de la mente interior…

“No podrás”, “¿Por qué intentar abrir un negocio o destacarse en su carrera, si eres malo?” , “¿De verdad eres salvo?” Estos pensamientos
bombardean la mente de muchos cristianos a diario, pero ¿es normal ser atacado por estos pensamientos negativos a pesar de estar convertido o en el momento en que uno busca tener más comunión con Dios?
Los malos pensamientos vienen a la mente de todos pero la pregunta es ¿Cómo reaccionar ante ellos?. De la “nada” aparecen, como moscas que
intentar aterrizar. Los malos pensamientos, provocan dudas, miedos, ansiedades y preocupaciones. Vienen a forzar actitudes erróneas. No hay forma de evitar que lleguen, pero hay forma de quitarlos o impedir que crezcan en la cabeza. Esta batalla con la duda se lucha interiormente y ahí es precisamente donde se define la victoria.

Cambie su objetivo:
Es necesario que luche para vencerlos a diario. Breve y suavemente, pero con voz audible, agradezca la presencia de Dios en su vida; alabe al Espíritu Santo; mencione el Nombre del Señor Jesús; finalmente, diga palabras que neutralicen estos pensamientos negativos. ¡Inténtelo, desaparecerán!
La verdad es que siempre intentarán hacer que usted se rinda soplando malos pensamientos. Este es solo otro intento de evitar que avance en la Fe.

Medite más en la Palabra de Dios:
Cuando los pensamientos negativos ocupan más espacio que los positivos en su mente, puede ser necesario preguntarse si ha estado más la
presencia de Dios o la del mundo en su vida diaria. El apóstol Pablo dejó un consejo muy sabio: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8). Con Dios usted tendrá la fuerza para resistir a los pensamientos negativos y tendrá Su Voz para animarse.


Pensamientos de lo Alto:
Es muy importante alinear las actitudes y los pensamientos con Dios. Cuando pienso y practico los pensamientos del Eterno, desprecio las ideas, los consejos y los pensamientos vanos de este mundo, eliminando las dudas y los miedos al fracaso.
Hay seguridad, hay certeza con o sin tribulaciones; porque no depende de lo que siente o deja de sentir, sino de lo que está escrito y las promesas del
Todopoderoso garantizan llegar a un refugio seguro.

Con Dios usted tendrá la fuerza para resistir a los pensamientos negativos y tendrá a Su voz para animarle.

Entonces, debe seguir adelante, sin miedo. Esta batalla con la duda se vence interiormente y ahí es precisamente donde se define la victoria. Se trata de pelear la buena batalla de la fe para adueñarse, no sólo de la calidad de vida, sino, sobre todo, de la vida eterna.