Muchas mujeres buscan conquistar o desarrollar dones y talentos a lo largo de su vida, pero olvidan el verdadero propósito de Dios al otorgarles tales virtudes
¿Usted ya paro para pensar que ha hecho con sus conocimientos y talentos? Al fin y al cabo, a lo largo de su vida, muchas mujeres hacen todo lo posible en sus estudios, carreras y relaciones para obtener algunos aprendizajes que les aporten buenas experiencias, posiciones y prosperidad, pero no todas están dispuestas a compartir y multiplicar los talentos adquiridos.
Este comportamiento de falta de atención es adoptado muchas veces por mujeres cristianas, que, por miedo a ser superadas o por vergüenza y timidez, evitan multiplicar los dones que poseen. Sin embargo, esta no es una actitud aprobada por Jesús, quien dejó una valiosa lección en la Parábola de los Talentos, que se encuentra en el pasaje bíblico de Mateo 25,14-30. Cuenta la historia de un hombre que mientras viajaba decidió entregar sus bienes a sus tres siervos: a uno de ellos le dio cinco talentos, a otro dos y al último un talento. Los dos primeros multiplicaron sus talentos, pero el siervo que recibió un talento lo escondió por miedo.
Este tema fue tratado por la Señora Viviane Freitas en una publicación reciente en su blog. Aclaró que los talentos son recursos, cualidades, condiciones y habilidades que el Espíritu de Dios otorga a cada mujer para que pueda utilizarlos al servicio del Reino de Dios. ¿Usted como cristiana ha multiplicado sus talentos? ¿Qué ha hecho con sus experiencias como madre, esposa, sierva y profesional?
Viviane recordó que las mujeres cristianas necesitan compartir sus dones con otras siervas y aprovechar su madurez y experiencias para ayudar a otras personas. “Para Dios es importante que desarrolles tu Fe y que no seas indolente y tímido, sino valiente, porque, para multiplicar algo que te ha sido encomendado, tienes que desafiarte a ti mismo, tienes que ejercitar tu Fe”, destacó.
En la parábola, a los siervos que multiplicaron sus talentos se les dijo que eran “buenos y fieles”. Según Viviane, la palabra “buenos” se refiere a la eficiencia, mientras que la palabra “fieles” se refiere a quienes aman al Señor. Sin embargo, muchos cristianos han sido como el siervo negligente, que catalogó a su amo como malo para justificar sus acciones y, al final, le quitaron su único talento. “De repente eres alguien que dice ser cristiano, pero siempre tienes miedo, miras a la gente con malos ojos, siempre piensas que la gente es injusta, poniendo excusas para no ser fructíferos. Sin embargo, Dios es misericordioso. Enseña, estimula y fortalece. Luego, os pedirá cuentas de lo que nos ha proporcionado”, advirtió.
Así que, lector, no te escudes en tu postura, en lo que tienes o en excusas. “Quítate esos ojos malvados, cambia, arrepiéntete y deja esta vida. ¡Detente y reacciona! Usa tu Fe en tus dificultades. ¿Qué has hecho con lo que Dios te ha dado?”, concluyó Viviane.
Godllywood:
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