Si Dios no necesita dinero, ¿por qué las primicias?
Me gustaría que usted pensara conmigo al respecto de la pregunta que Dios le hizo al profeta Elí:
“¿Por qué (…) has honrado a tus hijos más que a Mí, engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de Mi pueblo Israel?”
1 Samuel 2:29
Él había comenzado bien, como muchos. Antes de que los hijos nacieran, Dios era el Primero en su vida, pero después los hijos llegaron y ocuparon el lugar de Dios.
Dios nunca aceptó y nunca aceptará otro lugar que no sea el primero.
Ahora vamos a otra pregunta que Pedro le hizo a Ananías:
“Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?” Hechos 5:3
Observe que antes de ver el color del dinero, Ananías y Safira se habían propuesto en el corazón honrar a Dios, pero cuando recibieron la cantidad, pensaron primero en ellos y sacaron a Dios del Primer lugar.
Todos ellos, tuvieron un triste fin.
Me acuerdo de una pareja que ya era de la iglesia hacía algunos años. Un día, su abogado les dijo que iban a ganar un juicio de 60.000 USD, eso ya fue suficiente para que comenzara una discusión entre los dos. Cuando la esposa le preguntó al marido: “Amor, además de los 6.000 USD de las primicias, ¿cuánto daremos de ofrenda?”
Nervioso, él respondió: “¿Quién dijo que íbamos a separar esos 6.000 USD? ¡Mucho menos la ofrenda!”
Y él dejó de ir a la iglesia…
Días después, la esposa me buscó diciendo que habían perdido el juicio y que el marido había regresado a la iglesia.
Entonces le dije: “No debe ponerse triste por eso, es mejor perder el juicio que perder el alma de su marido, que todavía no estaba preparada para recibir esa cantidad. El día en que Dios sea el Primero en la vida de él, va a ganar mucho más comparado a ese valor”.
¡Ahora usted entiende lo que Dios le dijo al profeta Elí!
“Por tanto, el SEÑOR Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de Mí perpetuamente; mas ahora ha dicho el SEÑOR: Nunca Yo tal haga, porque Yo honraré a los que Me honran, y los que Me desprecian serán tenidos en poco.” 1 Samuel 2:30
Que el Espíritu Santo lo ilumine y que Dios sea el Primero en su vida.
Porque Dios no necesita dinero, pero necesita ser el Primero en su vida.
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