“El fuego se mantendrá encendido sobre el altar; no se apagará, sino que el sacerdote quemará leña en él todas las mañanas, y pondrá sobre él el holocausto, y quemará sobre él la grasa de las ofrendas de paz.” Levitico 6.12

Vea la importancia de no apagar el Espíritu Santo. Debemos tener el cuidado diario de ofrecer sacrificios al Altísimo, con una vida limpia, lavada y perfumada en la Sangre del Señor Jesús.