¿Usted sabía que, dependiendo de la decisión que usted tome, su cuerpo puede traer luz u oscuridad para su vida?

Entienda porque es importante tener buenos ojos.

Por medio de los ojos usted ve el mundo a su alrededor. Imagine, por ejemplo, que dos personas pasan por la misma situación, pero cada una la interpreta de una manera: una ve el lado positivo y la otra el lado negativo. El Texto Sagrado muestra que el Señor Jesús enseñó algo valioso al respecto de la forma de mirar las cosas y las personas. «La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas…» (Mateo 6:22-23)

Osea, la forma como la persona ve todo y todos reflejará en sus acciones y reacciones y también afectará todas las áreas de su vida, inclusive el modo como se ve a si misma. Si la persona solo consigue ver sus propios defectos, consecuentemente mirará para los otros con la misma mirada crítica. Los malos ojos se vuelven una especie de ciclo y para esta persona todo siempre tiene defecto. Ella se vuelve alguien difícil de convivir.

El Obispo Julio Freitas explica que esas personas están siempre atentas a la vida ajena «Tener malos ojos es estar siempre pronto para ver las fallas y los errores de los otros y nunca lo que es bueno. Personas así viven para criticar, pues solo consiguen ver los defectos. Ellas están constantemente preocupadas con lo que los otros hacen o dejan de hacer. Juzgan, condenan y hasta ven problemas donde no existen»

Pero cuando esa persona reconoce que tiene malos ojos y decide ver el lado positivo, ella comprende el otro, perdona y se vuelve agradable. Las personas se sienten bien en su compañía.

Mirando las situaciones alrededor.

Aún hay personas que miran para las circunstancias y para todo lo que hace parte de la vida, siempre con malos ojos: el trabajo, el casamiento, la facultad, la Iglesia, la Obra de Dios, etc. La forma como usted ve es decisión suya. Por ejemplo, si alguien en la iglesia, le trata mal, usted puede decidir dar la espalda para ella, hay algunos que hasta dejan de ir a la iglesia en situaciones de ese tipo o usted puede mirar con buenos ojos y orar por esa persona que posiblemente, no está bien, y, quien sabe, hasta ofrecerle ayuda. Los buenos ojos impiden que situaciones malas contaminen su cuerpo (su mente y sus pensamientos) y le dejen en tinieblas.

Otro ejemplo: usted es casado y recibe un agrado inesperado de su cónyugue. Usted puede mirar con malos ojos e interpretar que él quiere algo a cambio o puede ver que su compañero se está esforzando para agradarle.

Tener buenos ojos es una decisión individual y también diaria. Después de tomarla, usted se enfrentará a varias situaciones de prueba. ¿Cuál será su decisión? Tener buenos ojos no significa ser bobo, sino focar en lo que es bueno.

El ejemplo del ladrón al lado de Jesús

La Biblia nos deja un ejemplo claro de que no importa quienes somos o lo que hicimos y que tener buenos ojos puede cambiar el rumbo de nuestras vidas. Cuando el Señor Jesús estaba por ser crucificado, Él fue colocado en el medio de dos ladrones, ambos condenados por la justicia humana a pagar sus crímenes con la vida. El pasado de errores de ambos podría influenciar la visión de ellos sobre Jesús, pero cada uno vio de forma diferente la situación en la que Cristo se encontraba.

«Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.» (Lucas 23:39-43)

¿Usted percibió la diferencia en el mirar de aquellos hombres? El que decidió mirar con buenos ojos en aquel mismo día dejó la condición de ladrón condenado y fue con el Salvador para el paraíso, en sus momentos más tristes en la cruz, él se arrepintió de la vida que llevaba y creyó que a su lado estaba el Propio Dios. Imagine la mirada de amor, compasión y perdón de Jesús para con él.

Hablamos hasta aquí de los malos ojos con situaciones y personas, pero muchos han tenido malos ojos en relación a Dios, blasfemando y diciendo que Él le abandonó o mostrando eso cuando no ven más las cosas de Dios como santas.

No importa la situación, Dios tiene buenos ojos al respecto. Él cree en su potencial. Decida hoy arrepentirse y cambiar su mirada con respecto a Él, cosas y personas. Su vida será completamente diferente.