¿Alguna vez has notado que entre el Antiguo y el Nuevo Testamento hay una página en blanco? ¿Sabes lo que eso significa? Representa los 400 años del silencio de Dios. Durante este período, Él no habló una palabra, no hizo milagros, no habló con ningún profeta. Pero ¿por qué hizo eso?

Entienda el caso:

Una y otra vez, Dios trató de hablar a su pueblo, envió profetas, ángeles, habló con señales poderosas en los cielos; en la tierra, hizo cosas grandes y poderosas, pero simplemente fue ignorado. Entonces, después de esta resistencia del pueblo a escuchar Su voz, Él guardó silencio.

Dios habla, pero no todos escuchan y, por eso, después de varios intentos, ya no habla, ¡deja a la persona como quiere estar!

El otro lado:

¿Alguna vez has tenido la sensación de que te ignoraban, te rechazaban? Es horrible, ¿no? Ahora, imagina a Dios sintiéndose de esa manera. Sí, es posible que esto suceda. Dios permanece en silencio cuando los seres humanos lo rechazan.

Muchas veces las personas se niegan a entender la Palabra de Dios, resisten, no quieren entender, porque saben que si tratan de entender lo que Dios está diciendo, les va a costar caro, y el problema de la humanidad es no querer pagar este precio…

Por qué es importante:

Cuando lees la Palabra, ves claramente la historia entre Dios y el ser humano, lees varias veces cuánto fue ignorado por el pueblo y aun así, en ningún momento, renunció a la humanidad, pero cuando la persona no quieres escucharlo, Él está en silencio.

Entonces, reflexiona: ¿Has estado ignorando la voz de Dios o prestando atención a lo que Él tiene para decirte?